El futuro Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Toledo capital debe abordar la transformación de las antiguas travesías y carreteras nacionales como viales urbanos; la regulación y el control del acceso y estacionamiento en el Casco Histórico. Asociado a esto, les piden ideas para «gestionar la oferta de estacionamiento (disuasorio) como herramienta de cambio a otros modos de transporte más sostenibles».

Más ambicioso parece el llamamiento a alcanzar un transporte colectivo de calidad, eficiente y competitivo (frente al vehículo privado, para el que se aboga por promover su «uso racional») por medio de «la intermodalidad» integrando «diferentes sistemas de transporte público» (no vienen detallados, así que los tendrán que poner sobre la mesa los redactores del plan).

Al mismo tiempo deben definir los criterios de ordenación de la movilidad escolar, tanto en la red de transporte público como en el acceso a los centros escolares; una distribución urbana ágil y ordenada de mercancías; itinerarios y espacios accesibles y funcionales para la movilidad a pie; fomentar el uso de la bicicleta como modo habitual de transporte.  

En resumidas cuentas, los objetivos generales son establecer una configuración del territorio urbano al servicio del modelo de movilidad del plan, el diseño y dimensionamiento de las redes viarias y de transporte público, el sistema de estacionamiento, las infraestructuras específicas para la circulación de peatones y ciclistas (y otros modos alternativos de movilidad) en condiciones de seguridad y eficacia.

El Plan exige a los adjudicatarios propuestas de mejoras para el estacionamiento de autobuses turísticos y discrecionales alrededor del Casco Histórico, así como el estudio de estacionamientos para autocaravanas. Los dos últimos encargos concretos que debe abordar el pan son la movilidad y aparcamiento en el entorno de la Universidad y Vega Baja y las conexiones viarias entre el Polígono y Azucaica.

intercambiador. El futuro Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Toledo capital (ha salido a concurso la redacción) retoma la idea de crear un  intercambiador de transporte que debería estar situado entre la estación de ferrocarril, la estación de autobuses, las dársenas del Granadal y el acceso al Casco Histórico por el remonte del Miradero.

Dicha instalación vendría aparejada, por la parte baja, con medidas para mejorar la movilidad en toda la zona de Safont y el eje que forman el Puente de Azarquiel y calle de la Carrera, y, por la parte alta, con propuestas para compatibilizar el tránsito de vehículos y peatones en el entorno de Zocodover.

Además, el plan debe dar respuestas concretas de cara a crear «una red ciclista (incluido un estudio específico sobre carriles-bici) y peatonal que conecte las distintas zonas de la ciudad con el río y con los medios de transporte».  

También, a la espera de la apertura del futuro nuevo hospital, no solo debe realizar el ansiado estudio de movilidad definitivo para todo ese entorno (que aclare la necesidad de nuevos accesos) sino abordar el «rediseño de las líneas del transporte urbano» ya que los autobuses van a ver como se desplaza hacia este punto buena parte de su trabajo diario. La duda es si se llega a tiempo cuando la redacción del plan tiene ocho meses de plazo (a partir de sus adjudicación) y la Junta anuncia que para ese momento el hospital estará funcionando.