La Virgen de la Salud, Señora del Casco

J.A.J
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Turistas y curiosos siguieron, junto a los fieles, la tradicional procesión del primer domingo de febrero de esta imagen en torno a su enclave del Convento de San Clemente

La Virgen de la Salud salió de la iglesia del convento de San Clemente. - Foto: Yolanda Redondo

¿Caballero, y esta Virgen, cuál es?». Esta pregunta la hacía una turista argentina a un vecino de Toledo, gratamente sorprendida por toparse una señera procesión castellana  durante su visita a la Ciudad Imperial. Era la de la Virgen de la Salud, que un año más ha culminado su  tradicional recorrido del primer domingo de febrero con los devotos de su Cofradía-Hermandad, en torno a su enclave del Real Monasterio de San Clemente. Esta procesión culminó el Triduo en honor a esta imagen, celebrado durante este último fin de semana.

La imagen, con un manto azul con detalles dorados y a hombros de seis miembros de la Hermandad, hizo su clásica ruta de una media hora desde las 11 de mañana por un cogollo del Casco Histórico formado por las calles San Román, María Pacheco, Esteban Illán, Tendillas, Plaza Tendillas, Cardenal Lorenzana, Alfonso X el Sabio, Plaza Juan de Mariana,  y vuelta a San Román, con entrada y salida en San Clemente. En la procesión, que contó con la presencia de representantes del Ayuntamiento, se sumaron a las decenas de fieles, muchos con cirios encendidos,  curiosos y turistas que no dejaron escapar la ocasión de contemplar este ritual católico en el marco del viejo Toledo. Los orientales mostraban ser los más impactados por la estampa, lógicamente exótica para sus ojos.

La Agrupación de la Escuela Municipal de Música fue la encargada de acompañar este recorrido interpretando una serie de marchas procesionales, entre ellas un Ave María que fue cantado por las devotas.

Homenaje a la familia.

Tras la procesión, se ofició en la Iglesia del Monasterio una Misa Solemne a cargo del párroco de Santa Leocadia, Emilio Tacero. Tanto en la lectura del Nuevo Testamento como en el posterior sermón se recordó que este domingo se celebraba la Presentación de Jesús de Nazaret en el Templo  de Jerusalén, efectuada 40 días después de su nacimiento según refleja la tradición cristiana.

El padre Tacero aprovechó su alocución para exponer a los presentes a la Virgen María y San José como ejemplo de paternidad por  los cuidados y educación que dedicaron a Jesús durante su infancia. Y, por ello, glosó la preeminencia determinante de padres y madres en la educación de sus hijos, y les exhortó a no renunciar nunca a ella. «Los padres sois responsables de la educación de vuestros hijos, no abdiquéis nunca de esta función. Nadie, ninguna institución va a querer más a vuestros hijos», afirmó el sacerdote, quien también recordó el deber de los matrimonios católicos de «educar cristianamente» a sus vástagos.

El sacerdote también tuvo palabras de reconocimiento a los abuelos como abnegados auxiliares a la hora de educar a los niños en el seno de una familia, y pidió a la Virgen que acompañe a los necesitados ante cualquier tribulación.