El Ayuntamiento «debería haber arreglado la escultura»

A.D.M.
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El director de la Fundación Soliss, Eduardo Sánchez Butragueño, asegura que el Consistorio conocía la situación de la escultura antes de los actos vandálicos sufridos este domingo. Desde el Ayuntamiento explican que instalar cámaras lleva su tiempo

El Ayuntamiento «debería haber arreglado la escultura» - Foto: Ángeles Visdómine

Los destrozos en la escultura de Federico Martín Bahamontes, que ayer amanecía desprendida de su peana en el suelo del paseo del Miradero tras sufrir un nuevo episodio vandálico -precisamente el mismo día que París rendía homenaje al ganador del Tour de Francia del año 1959-, «trae consigo una publicidad penosa para la ciudad de Toledo». 

Eduardo Sánchez Butragueño, director de la Fundación Soliss, impulsora de la instalación del monumento, obra del escultor valenciano Javier Molina, lamenta que el Ayuntamiento no haya hecho lo suficiente para asegurar su conservación. «Sabían desde hace meses que el estado de la escultura era muy precario», declaró ayer a La Tribuna, «pero no hicieron nada más que poner unas malas vallas que no han servido de nada». Además, «hace un año que nos prometieron instalar cámaras, y no se hizo».

Por el contrario, según Butragueño, ha sido la Fundación Soliss quien ha tenido que hacer frente a todos los gastos: convocatoria del proyecto, fundición e instalación de la escultura, así como varios arreglos una vez emplazada. «Estando adecuadamente soldada aguanta sin problemas, pero es que las dos soldaduras estaban rotas y se sujetaba básicamente por las ruedas». 

Ahora, añade, el Ayuntamiento de Toledo tendrá que hacer frente a un gasto mucho mayor, «porque anteayer no era más que soldar, pero a partir de ahora será necesario trasladar la pieza a la fundición, rearmarla, traerla de vuelta...». Y no será cualquier cosa, tratándose de una escultura de alrededor de 900 kilos que tendrá que ser trasladada a Valencia para someterse a ese proceso. Por si fuera poco, la celebración de la Vuelta a España, incluido un homenaje al ciclista, tendrán lugar en septiembre.

Lo que más lamenta Sánchez Butragueño es la «sensación de desidia» que ha acompañado al monumento a lo largo de los últimos meses -cuando, paradójicamente, han aumentado las fotografías y los selfis, especialmente desde que Bahamontes fue entrevistado por el periodista David Broncano el pasado mes de febrero-, por mucho que el día de su instalación la alcaldesa estuviera presente y «la escultura apareciese en su álbum electoral cuando la realidad es que no han destinado ni un solo euro para su mantenimiento, cuando este debería ser responsabilidad del Ayuntamiento».

El director de la Fundación Soliss lamenta también la «tristeza» que el suceso le ha ocasionado a Federico Martín Bahamontes. «No solo ayer, sino todos estos meses, siendo testigo de algo que se veía venir: era cuestión de tiempo».

 

PÉREZ DEL PINO. Juan José Pérez del Pino, concejal de Movilidad, Seguridad Ciudadana y Protección Civil, quien informó ayer de que la Policía seguía realizando pesquisas, aunque «no sería fácil» dar con los responsables, aseguró por su parte que el Ayuntamiento era consciente de la situación de la escultura, por lo que «estaba en contacto con el artista y con la fundición» y desde hace algún tiempo valoraba la instalación de una cámara de seguridad. 

No en vano, se planteaba su llegada en el marco de una reciente adjudicación para la renovación de este tipo de infraestructuras por parte del Ayuntamiento. «Instalar cámaras en la vía pública es algo muy delicado y requiere su tiempo: hay una legislación muy estricta, es necesario formar un comité que lo estudie, recibir autorización por parte del Gobierno...».

Además, según Pérez del Pino, el mantenimiento de la escultura depende del Ayuntamiento solo desde el pasado 11 de junio, fecha de la Junta de Gobierno en la que el Consistorio aceptó la donación, ya que anteriormente solamente habría autorizado su instalación a la Fundación Soliss en el emplazamiento elegido por el propio Federico Martín Bahamontes. Fue a partir de entonces cuando se instalaron las vallas, «al detectarse que se había desoldado un elemento que se añadió a la escultura para sujetar el pedal de la bicicleta».

Para el concejal de Movilidad, Seguridad Ciudadana y Protección Civil, «Facebook está lleno de ‘expertos’ que arreglan las cosas en tres minutos, pero en el mundo real las cosas son un poco más complicadas». Por ejemplo, manifestó, «yo no puedo ir a la escultura con un amigo herrero y reforzarla a voluntad, porque es creación de un artista y este proceso debe realizarse con sus debidos tiempos».

En este sentido, Pérez del Pino sí sería partidario -«si de mí dependiera»- de «elevarla un poco y rodearla con una cadena o algún tipo de protección». Pero no propondría modificar su ubicación. «Fue el propio Federico Martín Bahamontes quien decidió este emplazamiento y creo que la gente ya se ha hecho a ella.

Por último, el concejal valoró positivamente que el destrozo no haya traído consigo daños personales. «La escultura pesa cerca de 1.000 kilos. De haberse caído sobre la persona que se subió, podría haberle ocasionado un daño muy serio».