El «tema de la semana». Así reseñó el portavoz de Izquierda Unida el entuerto generado, una vez más, en torno a la licitación del servicio de limpieza viaria de la ciudad. Un contrato, dicho sea de paso, «que no sabemos si se licitará en este 2020 o no» y que, a juzgar por las palabras de la portavoz socialista, «pretende dejar en manos de la empresas el modelo de reciclaje y recogida de la ciudad» porque, explicó, «las concesionarias siempre van a elegir la solución más barata porque es la que los va a permitir ganar más dinero». Un claro «error de gestión» que «no vamos a permitir» y que, apreció José María Fernández, «alude a la falta de sensibilidad que, en materia de sostenibilidad, exhiben los miembros del equipo de Gobierno».
Ante un comportamiento que denota «que no se creen ni la sostenibilidad y la protección medioambiental», desde IU consideraron que «mal empieza el trámite de este contrato» si, además de permitir que «las empresas nos digan qué es lo que tenemos que hacer», el documento ni «se debate ni se consensúa». Esto es, Fernández apostó por «una licitación de forma directa» sabiendo «la complejidad que ello conlleva», por lo que instó a «ceder la gestión de estos contratos a la Empresa Municipal de la Vivienda».
En cuanto al absorbente asunto del bolseo y tras recordar que se trata de confeccionar un servicio «para toda la ciudad y no sólo para el Casco», el portavoz de IU recordó la decisión tomada en el grupo dE trabajo de trabajo constituido dentro del Consejo de Participación Ciudadana pasaba por diseñar «una recogida de residuos mixta» que haga compatible «la implantación de contenedores, en las zonas en las que se pueda, e intensificando la recogida de basura del bolseo». Medidas en las que se debería contar con vehículos impulsados con energías renovables y que, claramente, «serían más higiénicas y evitarían el baldeo de las calles».
Y puesto que «ha llegado la hora de empezar a desarrollar políticas de sostenibilidad integral vinculada a todos los contratos», José María Fernández citó la contrariedad de que «las empresas concesionarias tengan más poder que el Ayuntamiento», realidad que debe contraponerse con la implantación de modelos correctores. Esto es, instó a los gestores municipales a «apostar por la producción de energía renovable a nivel local -con la instalación de huertos de energías en las instalaciones municipales-», y a la «reutilización y reciclaje en espacios públicos» como, por ejemplo, utilizando «bolsas de basura compostables» y ubicando «puntos de compostaje en los puntos limpios». Medidas, añadió, «concretas y pequeñas» que se encaminen a subsanar los índices que hacen que «Toledo sea una ciudad sucia».
«No tenemos un aire limpio». En este punto, el portavoz de IU citó los datos recogidos en el último informe relativo a la presencia de partículas PM2.5 en la ciudad, sustancias nocivas que «tienen que ver con el uso del diesel, que son de fácil absorción por el cuerpo humano» y, por ello, «son muy perjudiciales para la salud». También apuntó la existencia de partículas PM10 en suspensión que contienen polvo, metales líquidos muy por encima de lo que recomienda la media punto. De hecho, «Toledo tiene 32 microgramos mientras que lo permitido por la norma son 20 como máximo».
Todo ello evidencia que «la ciudad no tiene un aire limpio» y que, ante ello, hay que «empezar a trabajar ya» y hacerlo, recomendó, «evitando que suban al Casco vehículos como el tren y el autobús turístico» que se alimentan «de diesel».