Al secretario regional de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Castilla-La Mancha, José María Fresneda, se le parte el corazón ver los campos conquenses secos y sin vida. Lo confiesa en una conversación con La Tribuna mientras viaja desde esta provincia a Madrid. La razón de la llamada no es otra que testar el ánimo de la organización agraria ante la importante cita de este próximo 31 de enero: la primera reunión de la Mesa regional del Agua, de donde debe salir -ese es su cometido- un posicionamiento común en defensa del agua para Castilla-La Mancha, de cara a una posible negociación de un Pacto nacional en esta materia.
Fresneda confiesa que tiene el ánimo alto, la esperanza es lo último que se pierde, dice, pero está seguro de que, al menos en esta primera reunión, va a haber «algo de postureo». Por ello, manifiesta que su organización acudirá a Albacete con«mucha imaginación para ir con ilusión porque reuniones para resolver el problema del agua en la región ha habido muchas y no han servido para mucho».
Asaja viajará hasta la capital albaceteña con una posición «firme y contundente» bajo el brazo, no solo de defensa de los intereses agrícolas y ganaderos, sino también medioambientales y sociales. «Daremos una respuesta a cada cuenca, aplicaremos lo que sabemos, hablaremos de la verdad que nunca se dice, pero nosotros lo vamos a decir y exigiremos lo que se ha de exigir».
El objetivo no es otro que conseguir que todos los agentes implicados remen en la misma dirección», expuso.
En este punto, lamentó el poco trabajo previo que ha hecho el Gobierno regional, más allá de convocar a los asistentes y argumentó que esta es la principal razón por la que piensa que la primera reunión de la Mesa servirá de poco: «Nos hubiera gustado que el Gobierno regional nos hubiera mandado un documento de base para trabajar con él, pero no nos ha mandado nada», dijo el representante de Asaja.
esperando a que no les dé la risa floja. Fresneda es un excelente conocedor de la realidad política de la región. No en vano, lleva al frente de la organización muchos años y se ha reunido con innumerables consejeros de Agricultura y representantes gubernamentales, de uno y otro signo político. Por eso sabe de lo que los políticos castellano-manchegos son capaces y teme que, una vez sentados a la mesa, Partido Popular y Partido Socialista comiencen a echarse en cara cosas. «Te puedes imaginar la cara que se nos puede quedar si vemos a los partidos políticos sentados en la misma mesa diciendo: ‘No es que tú dijiste’; y el otro: ‘Es que cuando tu gobernaste’. Nos va a dar la risa floja, como al perro pulgoso, lo mismo», ironizó.
Preguntado por si teme que la Mesa se convierta en un órgano donde solo se hable de trasvase sí o no, cuando el problema del agua en Castilla-La Mancha va más allá, Fresneda se mostró tajante: «Del trasvase está todo dicho. Espero que solo sea un recurso de conversación porque, de verdad, está todo dicho».
Dicho esto, explicó que la Consejería de Agricultura, de quien depende en esta legislatura las competencias de agua, poco puede hacer por sí sola para resolver el problema. «Por mucho bombo que le demos a que tiene las transferencias admitidas, éstas son casi nada, pero si de una mesa sale un posicionamiento de casi todo para plantearlo al Gobierno central, estamos hablando de otra cosa». Es decir, «ahora no tenemos casi nada, peor podemos conseguir casi todo con un posicionamiento de fuerza ante el Gobierno regional», aclaró.
Por último, aconsejó a los responsables de este órgano que no acudan el día 31 con el ánimo de hablar de Pedro Sánchez o del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras. «No se puede ir a hablar de eso, hay que hablar de Castilla-La Mancha y el Gobierno regional debe decidir hasta dónde presupuestaria y legislativamente está dispuesto a llegar», concluyó Fresneda. Todo se verá.