Las diferentes campañas arqueológicas llevadas a cabo desde hace años en el yacimiento de Villa de Saucedo, en Talavera La Nueva, y el hallazgo de numerosos fragmentos de cerámica de unas determinadas características, han abierto la posibilidad de la existencia de un taller ubicado en Talavera, en la Caesarobriga romana, que sería único por sus producciones. Se trata de una de las conclusiones aún sin confirmar del proyecto que en estos momentos están llevando a cabo el equipo de arqueólogos dirigidos por Ana María López y Raquel Castelo, en los trabajos de El Saucedo, gran villa monumental datada a finales del siglo III y principios del IV y BIC con categoría de Zona Arqueológica.

Según ha contado López a La Tribuna, en estos momentos analizan parte de estas piezas en el laboratorio de restauración de Secyr, en la Facultad de Arqueología y Prehistoria de la Universidad Autónoma de Madrid, a la que pertenecen. Este proyecto, bautizado Sigicedo (mezcla de Sigilata y El Saucedo), tiene una duración estimada de tres meses, además de la realización de la memoria, y está financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que aporta 5.683,50 euros, más los 1.316,50 de la UAM.

Se trata de «una cuestión de gran importancia para la historia de la actual Talavera de la Reina y antigua Caesarobriga» al intentar constatarse un taller muy activo entre finales del siglo I y principios del V d.C., en época Altoimperial, Intermedia y Tardía. La configuración de esta hipótesis de trabajo constituiría, sin duda, un aspecto muy novedoso en la investigación de las producciones cerámicas pues estaríamos ante la localización de uno o varios centros productivos en una zona geográfica de la que apenas se conoce nada, explican en su informe.

Las cerámicas de El Saucedo dan indicios de un taller romanoLos fragmentos hallados son Terra Sigillata, la cerámica típica de época romana, de colores y pastas rojizas, y que conforman la vajilla fina en la villa de El Saucedo. Su estudio tipológico y cronológico permitirá completar la documentación de todos los restos hallados, infinidad de materiales arqueológicos, en los 17 años de trabajo del actual equipo en el yacimiento.

López detalla que la cerámica es de los materiales que más se encuentran en todos los trabajos arqueológicos por ser duro y por ello, muy duradero. «Es un elemento muy interesante porque a los arqueólogos nos ayuda a datar las cosas por su forma y decoración en diferentes etapas, nos ayuda a dar cronologías bastante precisas».

En estas piezas concretas, explica López, aparecen varios elementos que no existen en otros talleres de Terra Sigillata en la Península Ibérica, ni en la Meseta Norte ni en la Sur. Con los análisis ya realizados, se encuentran además en las composiciones de las arcillas lo que los expertos llaman ‘tierras raras’, «muy particulares, lo que nos podría indicar que estamos ante piezas fabricadas en un mismo taller que no se ha encontrado aún en ningún otro sitio».

La arqueóloga destaca que, si finalmente se consigue determinar su existencia, este taller estaría funcionando en un periodo muy largo, de casi cinco siglos, y no sólo fabricaría Terra Sigillata romana sino que también copiaría o reproduciría piezas de moda de otros lugares en aquellos momentos.

Primeras noticias en el año 84. Curiosamente, algunos de estos materiales cerámicos proceden de los siglos I y II, mientras que no hay estructuras arquitectónicas de esta época en la Villa de Saucedo, cuyo origen se encuentra a finales del siglo III. Esto ayuda, explica Ana López, a ampliar el conocimiento sobre la forma de vida de la villa ubicada ahora en Talavera la Nueva, a escasos cinco kilómetros de Talavera de la Reina.

La posible localización de este taller y su producción cerámica vendría a corroborar el único indicio del mismo, documentado en el año 84 por Juan Tovar, después del hallazgo de los arqueólogos talaveranos Alberto Moraleda y Antonio Rodríguez Santamaría. Estos restos, procedentes de los escombros de un basurero de no se sabe muy bien qué zona de la ciudad, contenían los sellos con los que muchos alfareros firmaban sus producciones, aunque «al proceder de un basurero los restos estratigráficos se perdieron» por lo que es más difícil datarlos cronológicamente.

El Saucedo, una joya romana en Talavera La Nueva. La Villa romana de El Saucedo está ubicada en la vega derecha del Tajo, a unos 5 kilómetros aguas abajo de Talavera y formó parte de un conjunto de propiedades más amplio. Destaca por su amplitud cronológica, desde su función como villa palaciega a su transformación en iglesia, a lo que se sumaría su conjunto termal. Una primera fase de la villa corresponde a la época Alto Imperial, aunque no se conservan estructuras arquitectónicas, si bien se han documentado materiales de ese periodo. La villa palaciega se edificaría entre finales del siglo III y principios del IV y estaría en uso hasta finales del V y principios del VI.

A partir de ese finales del siglo V y principios del VI parte de la zona de las termas se convierte en una Basílica de culto cristiano y se añade una piscina bautismal. Cuando se cede la villa a la iglesia, en la zona de recepción se coloca un hórreo y un aprisco, ya que continúa la actividad agropecuaria hasta principios del siglo VIII. En ese momento es cuando un incendio arrasa partes de la villa, hallándose de esta época restos de un niño y de cabras. Con posterioridad a esta fecha no se han encontrado datos de ninguna ocupación.

En las últimas campañas arqueológicas se ha avanzado en el conocimiento de las fases constructivas y la organización arquitectónica así como en la  vida cotidiana de sus habitantes mediante el estudio de herramientas de trabajo y objetos de uso personal. Cabe destacar que no se realizan trabajos en la villa desde 2010.