Objetivo: descifrar el cerebro

EFE
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Comprender los enigmas que se esconden bajo el cráneo es uno de los principales retos para los científicos del siglo XXI

Descifrar el cerebro humano hasta comprender todos sus enigmas es uno de los principales retos científicos del siglo XXI, según el neurobiólogo Rafael Yuste, que subraya que desentrañar esa «selva» permitirá entender las enfermedades mentales y neurológicas y mejorar la calidad de vida de millones de personas.

Yuste es uno de los padres del proyecto Brain, una iniciativa impulsada por la administración de Barak Obama que ha evolucionado hasta convertirse en uno de los proyectos científicos más ambiciosos del mundo, comparado con el proyecto Genoma Humano que durante años involucró a cientos de científicos hasta conseguir la descodificación del mapa genético humano.

El proyecto Brain arrancó en 2013 y aglutina ya los esfuerzos de más de 500 laboratorios de todo el mundo (el 80 por ciento de ellos en Estados Unidos) con un presupuesto global que rondará los 6.000 millones de dólares y un horizonte de trabajo que llegará previsiblemente hasta el año 2030.

«La ciencia ha avanzado mucho en numerosos campos, pero nos desconocemos a nosotros mismos; no sabemos quiénes somos porque todavía no entendemos el cerebro», manifiesta Yuste, catedrático en la Universidad de Columbia que recogió hace unas semanas el Diploma Cajal que le concedió el Instituto Cajal, que este año celebra el centenario.

El neurobiólogo español, citado por la revista Nature como uno de los científicos más influyentes del mundo, expresa su satisfacción por la «velocidad de crucero» que ha tomado ya una iniciativa que va a culminar con el mapeo completo del órgano más desconocido del cuerpo humano, al que Cajal se refirió siempre como una «selva impenetrable».

«Estamos desarrollando técnicas para mapear la estructura y la actividad del cerebro cada vez más complejas», explica el científico español, y cita como hito del proyecto el mapeo completo del cerebro de la hidra, un invertebrado de agua dulce que tiene «solo» entre 200 y 2.000 neuronas.

Tras la hidra, el proyecto está procediendo al mapeo del cerebro de la mosca y el pez cebra «y poco a poco estamos mejorando las técnicas hasta llegar a los humanos», explica el experto, que subraya que el proyecto Brain ha logrado en sus primeros siete años describir y cuantificar los tipos de neuronas que hay en la corteza cerebral y cerrar un debate abierto desde los tiempos de Ramón y Cajal.

Brain implica a más de 500 laboratorios de todo el mundo y a varias administraciones públicas de EEUU, pero también a grandes farmacéuticas como Glaxo y a las tecnológicas Facebook o Google.

«Los humanos somos animales mentales. Todo lo que hacemos depende de nuestra mente y la mente está generada en el cerebro; cuando lo entendamos nos entenderemos a nosotros mismos», corroboró el científico, para quien este conocimiento supondrá una revolución «científica y humanística».

Qué es la mente

Mapear por completo el cerebro humano y desentrañar el funcionamiento de sus complejos circuitos neuronales permitirá saber «qué es la mente; cómo se arma y cómo funciona», destaca Yuste, e incide en que ese conocimiento abrirá la puerta para entender mejor muchas enfermedades mentales y neurológicas y mejorar su tratamiento.

«Los psiquiatras y los neurólogos pelean hoy contra esas enfermedades y trastornos con las manos atadas a la espalda porque no entendemos cómo funciona el cerebro», según el científico, formado como médico en la Universidad Autónoma de Madrid y que reorientó su carrera hacia la investigación básica.

Yuste, cuyas teorías y técnicas se consideran uno de los pilares de la neurobiología moderna, corrobora la importancia de meterse «con pico y pala» en el cerebro para desentrañar todos los enigmas relacionados con los circuitos neuronales y comprender así qué les ocurre a los pacientes.

En ello trabajan miles de científicos amparados por el proyecto Brain que lideran las universidades y administraciones estadounidenses y que se complementa con otras iniciativas similares que se han puesto en marcha, entre ellas el Human Brain Project de la Unión Europea y el Cajal Blue Brain española.