La Consejería de Educación ha incluido dentro de las distintas medidas planteadas a los centros educativos para prevenir posibles contagios de coronavirus en el próximo curso escolar la creación de salas de aislamiento para alumnos y demás miembros de la comunidad educativa que manifiesten síntomas cuando se estén desarrollando las clases. Así se recoge en la Instrucción sobre las medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente al Covid-19 para los centros educativos de Castilla-La Mancha, emitida por la Consejería de cara al inicio del próximo curso escolar.
Sobre la puesta en marcha de estas salas de aislamiento, el documento especifica que «el centro deberá tener habilitada una sala para posibilitar el aislamiento de los casos que puedan iniciar síntomas en el centro educativo». Se precisa que esta dependencia debe tener buena ventilación y disponer de una papelera de pedal con bolsa, con el fin de poder aislar pañuelos de papel y otros residuos generados por sus ocupantes. Esta sala deberá estar debidamente identificada y señalada.
La creación de la sala de aislamiento se incluye en el epígrafe dedicado a la reorganización y señalización de los espacios de cada centro ante la epidemia. Su objetivo es posibilitar la distancia interpersonal entre los miembros de la comunidad educativa y la limitación de contactos entre ellos. «Se hace necesaria la reorganización del centro educativo tratando de sacar el máximo aprovechamiento de todos los espacios disponibles», precisa el documento.
Por ello, se precisa que la máxima presencialidad del alumnado debe ser compatible con el mantenimiento de la distancia de seguridad, 1,5 metros. Cuando no se pueda garantizar la distancia interpersonal establecida, se deben poner en marcha «soluciones complementarias», algo que puede entenderse como una velada referencia a las clases a distancia.
En todo caso, la instrucción aconseja un aprovechamiento de los espacios disponibles en cada centro tras un estudio de los mismos. «En función de las dimensiones de espacio, se determinará el grupo para el que se asigna cada uno de los espacios del centro», se determina. El documento añade que habrá que identificar y comunicar las dificultades para los diferentes grupos «para su supervisión y búsqueda conjunta de soluciones».
uso de patios e, incluso, parques. El documento también recomienda a los centros fomentar las actividades al aire libre, seguramente siguiendo el principio de que los contagios de coronavirus son más difíciles en espacios abiertos que en cerrados. Así, se insta a utilizar los patios, sobre todo si cuentan con infraestructuras como techado o lonasque permitan su adaptación climatológica, además de parques que estén cercanos al centro educativo.
En cuanto al aprovechamiento de los espacios interiores, la instrucción expone diversas opciones que se pueden valorar en cada centro educativo para poder ampliar el número de aulas. Para ello, se propone utilizar espacios como comedores, bibliotecas, salas temáticas como los laboratorios, salones de actos o gimnasios.
Además, de cara a favorecer la limitación de contacto entre grupos de alumnos, también se puede estudiar la compartimentación que pueda facilitar la creación de aulas más pequeñas en espacios más amplios como los comedores. Para ello, se propone utilizar mamparas «de material no poroso y gran altura» o paredes correderas o algún otro elemento de separación entre clases diferentes.
En cuanto al uso de los comedores como tales, se recuerda que la disposición de las mesas y sillas deberá ser de tal forma que posibilite el cumplimiento de la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros. El servicio de comedor se podrá trasladar a otros espacios amplios que se encuentren en el centro o sus inmediaciones, además de poder realizarse varios turnos. «Una vez que se hayan tomado estas medidas, si la oferta (capacidad del comedor) es inferior a la demanda (alumnos apuntados), el centro educativo junto con la Consejería con competencias en materia educativa, establecerán las condiciones de prestación del servicio de comedor», se concluye.
En cuanto a otros espacios de un centro educativo, En los de atención al público, por ejemplo Secretaría, se puede colocar una mampara o cristal para posibilitar la atención con mayor seguridad. En espacios como bibliotecas, salas de estudio, vestuarios y otras zonas de uso común, se establecerán medidas de control de aforo y medidas de prevención según la normativa vigente actual «de forma que quede preservada una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros entre las personas usuarias».
si no hay distancia, en primaria con mascarilla. Pese a que el documento recoge en numerosas ocasiones la necesidad de mantener la distancia mínima de 1,5 metros entre los alumnos, se asume que esto no será siempre posible. Y lo que se propone como alternativa en ese caso es el uso obligatorio de la mascarilla a partir de Primero de Primaria (seis años). «No será necesaria cuando -los alumnos- estén sentados en sus pupitres a una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros», se concreta. Los alumnos de menor edad, en Infantil, quedan exentos de toda obligatoriedad en el uso de tapabocas.
Los profesores también quedan obligados al uso de mascarilla cuando no puedan mantener la distancia de 1,5 metros con otros miembros de la comunidad educativa.