El nacimiento de las redes sociales ha supuesto una alternativa a las conversaciones tradicionales que nunca quedaban registradas. Ahora, los comentarios permanecen negro sobre blanco en el laberinto de la informática, y cualquier salida de tono puede merecer un castigo. Lo sabe bien la Policía Local de Yeles, que presentará ante la subdelegación del Gobierno los datos de tres individuos para formalizar una denuncia que llegue a los tribunales para valorar las faltas al respeto, los insultos o las amenazas reflejadas en los escritos de Facebook.
Todo ha nacido de un grupo de Facebook especializado en tratar asuntos locales. Allí, la Policía Local de Yeles ha detectado a tres individuos, uno de ellos reincidente, que han pretendido difamar a los agentes. «Dicen que hacemos irregularidades tipo mafia», apunta el jefe del servicio, Rubén del Palacio. Descalificaciones como perros se han mezclado también entre los comentarios que llegarán hasta la subdelegación del Gobierno para su distribución por la vía penal o administrativa, según el caso.
Hace unos meses, como ya informó este diario, la Policía Local de Yeles denunció a tres usuarios por las mismas razones y prosperó en los tribunales. Uno fue condenado por los juzgados y otros dos fueron sancionados con multas de 600 y 100 euros, tal y como recuerdan los agentes en un mensaje publicado, precisamente, en su canal oficial de comunicación en Facebook. «A estos ‘valientes’ detrás de las pantallas (única manera que lo saben hacer), informarles de que nuestras puertas están abiertas para cualquier aclaración y sobre todo para mejorar, pero siempre desde el respeto», destaca el representante del servicio del Ayuntamiento sagreño de más de 5.000 habitantes.
«Tenemos las puertas abiertas para las críticas constructivas», apunta del Palacio, quien resalta que la mayoría de los tres identificados en esta ocasión y de los otros casos tiene antecedentes policiales. Precisamente, uno de esos tres es reincidente porque figuraba en la denuncia en mayo de 2018. Por entonces, descalificaciones como ‘imbéciles’ o ‘agentes de mierda’ llegaron a los juzgados.
Los agentes aportarán como pruebas capturas de pantalla para identificar a los autores de los comentarios, posiblemente como represalia a alguna intervención policial.