Toledo da su último adiós a la Sardina

J.A.J
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Tambores y trompetas, junto a un gran número de vecinos, acompañaron al gran pez de la diversión hacia su última morada, en el acto final del Carnaval

El cortejo fúnebre resultó ecléctico, como corresponde a todo festejo de Carnaval. Quedó organizado por el grupo de teatro ETR, con dolientes vestidos con severos ropajes negros del siglo XVI. Algunos portaban un símbolo de la muerte como las máscaras puntiagudas, similares a las de los médicos de aquella época en la lucha contra la peste. Otros portaban torres de diversos estilos, del islámico al cristiano mudéjar, simbolizando la asistencia de toda la ciudad al sepelio de la gran Sardina, un pez blanco que presidió el festejo como buen cadáver. Zancudos y curiosos personajes de azul que imitaban a turistas completaban este séquito. La alegría la ponían, al inicio de la marcha, la batucada Kekumba, y al final, la charanga Asamblea de Majaras.Con sus alegres sones, la marcha mortuoria fue desfilando por los principales puntos del Casco Histórico.