Superando la barrera del millar de pacientes hospitalizados por coronavirus y del centenar en la UCI, la portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, apunta  que ante este escenario de que al Gobierno «no le temblará el pulso» a la hora de tomas las medidas que sean necesarias para atajar el avance del coronavirus.

Así, el confinamiento domiciliario «no es descartable» pero «hay que intentar evitarlo» para no lacrar la economía. En todo caso, destaca que en la región ya se están tomando «medidas muy restrictivas» como en la provincia de Ciudad Real, con confinamiento perimetral en todos los municipios, al que ayer se sumó la extensión del nivel 3 a todos los municipios de la provincia de Toledo y Albacete. Son medidas que, «si se cumplen, van a dar resultado», pero «nada es descartable ante un virus que se expande como la pólvora», indicó Fernández.

Eso sí, precisó que este confinamiento domiciliario debería ser decidido, en su caso, en el seno del Consejo Interterritorial de Salud; a lo que ha sumado que, seguramente, en el caso de ponerse encima de una mesa esta debería ser la de la Conferencia de Presidentes.

«Lo que tenemos encima de la mesa es lo que tenemos encima de la mesa, no nos ponemos en otro escenario. Nuestra capacidad es poner medidas restrictivas y es lo que estamos haciendo. Limitar la movilidad y los contactos es esencial. Ya tenemos la vacuna, es cuestión de esperar unas semanas, quizá unos meses», comentó.

Lo importante ahora es «salvar vidas», por lo que ha hecho un llamamiento a la ciudadanía a tener una «responsabilidad al cubo y en mayúsculas» siendo estrictos en el cumplimiento de las normas ante una subida de la curva que «asusta».

De otro lado, la portavoz gubernamental ha considerado que Castilla-La Mancha está afrontando la campaña de vacunación «de manera muy acertada».