Una tormenta cargada de nubes negras se cernía sobre Talavera al filo de las 21h. El panorama se ponía oscuro a escasa hora y media de que Randy Greer Quartet comenzase su actuación en la Plaza del Pan.

Incluso esas nubes llegaron a  descargar algunas gotas que no disuadieron a aquellos que al reclamo de una de las voces masculinas de jazz más sólidas de la escena internacional querían vivir en primera persona la oportunidad que la XVII edición del Festival brindaba.

Un viaje, el que Greer proponía por este estilo musical, cargado de mensajes melódicos, con músicos de alto nivel, como Andrés Lizón al contrabajo, Curro García a la batería, o Javier Bermejo al piano.

El sanfranciscano Randy Greer es nieto del batería de Duke Ellington Sonny Greer, por lo que no es de extrañar que Randy creciese en una familia con claras inclinaciones musicales. Desde muy joven se interesa por la música y especialmente por el jazz, y pronto cursa estudios en la Berklee School of Music, donde se gradúa e inicia una carrera como solista que años después le ha llevado a ser uno de los cantantes de Jazz masculinos más reconocidos a nivel internacional.

Con este preámbulo y una dilatada experiencia profesional, que le ha llevado a contar con una amplia discografía, entre la que cabe destacar los álbumes realizados junto al trío del guitarrista Robin Nolan, la Barcelona Jazz Orchestra o el pianista catalán Ignasi Terraza.

A pesar de dar comienzo el concierto con un retraso de algo más de 15 minutos, y tras unos consejos en diferentes idiomas, llegó la presentación del cantante, que hizo una entrada en el escenario entre una rotunda ovación.

Ataviado con un impecable traje de chaqueta blanco y un sombrero del mismo color, Greer dio comienzo a un concierto que se prolongó durante más de dos horas.

No se dio coba y pronto comenzaron a sonar temas que fueron recibidos con gran agrado por los asistentes.

Espacio de tiempo donde mostró una extraordinaria calidez y una personalidad propia en la que destacan la pureza de su voz, su extraordinaria afinación y su sofisticado sentido del ritmo,  todas ellas cualidades destiladas a lo largo de mas de 30 años de carrera.

Jugó papel fundamenta el aliño de los músicos que le acompañan; muy versados en el estilo, el sonido elegante y cohesionado del grupo y la naturalidad con la que Greer interactúa con ellos son sin duda los puntos fuertes de este proyecto que hizo las delicias de los que abarrotaron la Plaza del Pan.