La senadora del PP Carmen Riolobos ‘maridó’ ayer su rueda de prensa con cuatro cajas de dossieres de la Cumbre del Vino (dos cajas por cada edición celebrada). Abrió una de ellas y mostró lo que contenía dentro. «Esa campaña mediática fue espectacular y está perfectamente documentada y certificada», expuso, «aparece en estos cuatro archivadores, con certificaciones de los impactos mediáticos». Según Riolobos esos impactos en los medios de comunicación se cifraron en seis millones sumando las dos ediciones de la Cumbre.
La defensa que hizo Carmen Riolobos de este evento se produjo un día después de que el consejero de Agricultura afirmara en las Cortes regionales que la Cumbre del Vino no fue más que «un gasto inútil» e «innecesario». La senadora del PP no lo cree así y aseguró que se irán recogiendo «los frutos de esta dos campañas probablemente durante los próximos diez años».
Riolobos defendió que la Cumbre del Vino tuvo impacto más allá de las fronteras castellano-manchegas. «No hay nadie en España y en parte de Europa y el mundo que no conozca que el mayor viñedo de Europa está en Castilla-La Mancha», aseguró. Y también hizo referencia al impacto local, poniendo un ejemplo que conocía de su ciudad:«Hizo que mucha gente de Talavera pudiera conocer vinos de la comarca».
Tampoco se le olvida a Carmen Riolobos que los senadores y diputados de otras comunidades se lamentaban por no haber puesto en marcha una idea similar cuando la iniciativa se presentó en Madrid. «Se morían de envidia cuando vieron la gran campaña de comunicación de vino de Castilla-La Mancha», apuntó.
Por esto motivos desde el PPno entienden que el Gobierno regional ya haya descartado que se vuelva a celebrar una nueva edición de la Cumbre del Vino en la región. «Hay que tener mucho odio para cargarse un evento de estas características», señaló. Riolobos añadió que suspender la Cumbre del Vino, pensada para tener una periodicidad bienal, sería un «error garrafal». Además la senadora popular criticó la promoción del vino que hacía el Gobierno de Castilla-La Mancha antes de 2011 cuando lo regentaba el PSOE. Riolobos lo resumió en que lo que se hacía era «gastar el impuesto del vino en tontunas y comilonas».