Ricardo Izquierdo recuerda vívidamente el primer encuentro con ‘Ciudad de Vascos’, un asentamiento de origen musulmán que estuvo habitado entre el siglo IX y el XI. Fue en mayo o junio de 1975. Semanas después, empezaría la primera campaña de excavación en este yacimiento del municipio de Navalmoralejo, trabajos que continuaron durante décadas. Por entonces, a mediados de los años 70, se trataba de una porción del patrimonio de la provincia muy desconocido, e incluso a día de hoy, su nombre es relativamente popular. Sin embargo, figura como elemento protegido desde el 4 de junio de 1931, por lo que se cumplen 90 años desde la declaración como monumento histórico-artístico. Este Bien de Interés Cultural reabre el 22 las puertas (solo puede ser visitado los sábados por la mañana) tras el cierre habitual de unos 100 días por razones medioambientales.

muralla
«Sorprende que esté bastante bien conservada casi en su conjunto. No se imagina uno que se va a encontrar esa muralla», explica Izquierdo a este diario como primer elemento destacable de la visita. Describe dos técnicas en la construcción: una de mampostería, posiblemente del siglo IX, y otra de sillares, mejor construida, del siglo X. «El hallazgo más sorprendente que se realizó en este sector fue la aparición de un portillo, en perfecto estado de conservación. Tiene una anchura de un metro, una profundidad de 1,75 metros y una altura de 1,95 metros, y destaca por tener tanto al interior como al exterior un gran dintel monolítico de granito así como las quicialeras y gorroneras de la puerta. En un momento no definido el acceso se tapió, quedando de esta forma inutilizado», explica la página de internet del yacimiento: ‘www.ciudaddevascos.com’.

alcazaba
Fue el centro del poder de ‘Vascos’ y posee una mezquita del siglo XI, levantada después de que hubiera una reconstrucción y una ampliación de la alcazaba. Izquierdo apunta que no se ha encontrado ningún edificio tipo palacio en unas dependencias concebidas como un recinto militar, con lugares para animales y víveres. El arqueólogo apunta que unas 3.000 personas pudieron convivir en parte de la breve historia de este emplazamiento, concretamente hacia el siglo XI.

Vascos: 90 años como patrimonio protegido

las casas
El arqueólogo, que fue decano de la Facultad de Humanidades del Campus de Toledo entre 2004 y 2016 y retomará las excavaciones este próximo verano, señala que el recinto pudo haber albergado unas 600 viviendas. Allí vivían familias como agricultores o ganaderos. Allí recibían cerámica de otras poblaciones. Y se han encontrado monedas como posibilidad de que hubiera mercado. «Entre ese trazado viario se levantan varias manzanas de viviendas algunas de las cuales se excavaron completamente. La tipología de las mismas es muy variada, aunque todas presenten el mismo modelo de patio central y dependencias alrededor. Es de destacar el caso de un gran complejo doméstico que está compuesto por tres viviendas diferentes que comparten un gran patio al que se accede directamente desde la calle», pormenoriza la página de internet sobre una parte del conjunto patrimonial.

baños de la mora
Conocido así popularmente, presenta tres salas, al igual que las termas romanas. Se encuentra en el barrio del arrabal localizado justo superada la muralla por la parte oeste y camino ya del embarcadero. «Este modesto ‘hammam’ se ubica en el arrabal de la ciudad y, además en la proximidad de una de las puertas de acceso a la misma, como se ha podido observar que ocurre en otras ciudades andalusíes. Los principales usuarios, por tanto, serían los habitantes del arrabal y del sector oeste de la ciudad, aunque también serían frecuentados por los viajeros que llegasen a Vascos y que, antes de entrar en la ciudad y acudir a la mezquita o a la alcazaba, se lavarían y purificarían entrando en los mismos», detalla la página ‘www.ciudaddevascos.com’.

Cementerio
El yacimiento alberga dos cementerios: uno en el lado sur y otro en el oeste. El segundo resulta muy desconocido a día de hoy. «Está retirado y hay que subir una ladera», apunta Izquierdo, nombrado Hijo Adoptivo de Toledo en 2018, quien destaca que está mejor conservado que el otro. «Esta ‘maqbara’ presenta una mayor concentración de las tumbas y se extiende por un espacio menor, lo que nos podría llevar a pensar en una importancia secundaria respecto al cementerio sur», señalan en la página de internet de Ciudad de Vascos.

paisaje
El arqueólogo, que ejerció como catedrático de Historia Medieval de la Universidad de CLM y fue homenajeado tras su jubilación en 2017, destaca también de la visita el paisaje que envuelve al yacimiento. Así se conjuga con los restos patrimoniales y convierte en inolvidable la visita al yacimiento de época musulmana. «En los años lluviosos, corre el arroyo de la Mora», resalta Izquierdo de este paraje al pie de las sierras Ancha y Aguda, en las estribaciones occidentales de los Montes de Toledo, y asentada en uno de los márgenes abruptos y de grandes formaciones graníticas que surca el río Huso, afluente meridional del río Tajo.