Diciembre no suele ser un mes demasiado fiable para realizar un estudio del mercado laboral porque está marcado por la estacionalidad y el empleo precario, pero el Ministerio de Empleo publica su estadística con normalidad y obliga a hacer una lectura, aunque en este caso hay que quitarle algo de maquillaje para evitar triunfalismos y valoraciones parciales en algunas regiones y provincias españolas.

El desempleo ha aumentado en la provincia de Toledo en el último año y se trata de una realidad dura, puesto que Castilla-La Mancha figura como una de las regiones más vapuleadas  a pesar de que el mercado laboral iba remontando y así lo dejó claro la estadística de enero de 2019, con un cierre de año positivo, 7.348 parados menos en Toledo a lo largo de 2018 en relación al año anterior.

Todas las cifras tienen un importante significado, pero las contrataciones se miran con especial atención porque ofrecen mucha información. En Toledo se han formalizado 20.192 contratos en diciembre, pero la cifra indica una caída del 3,7%, es decir, de 789 respecto al mes de noviembre. Sin embargo, en términos anuales la lectura es distinta porque a lo largo de estos doce últimos meses la provincia ha conseguido mantener un buen nivel de contrataciones y ha cerrado el ejercicio con 598 contratos más que en 2018, lo que refleja un aumento del 3%.

En este caso, los analistas se fijan especialmente en los contratos indefinidos, ya que ayudan a fortalecer el mercado laboral y a reducir la estacionalidad y el empleo precario que llevan tiempo denunciando los sindicatos, ya que suele suponer más de un 90% del empleo a pesar de la necesidad de que la situación revierta y ofrezca una mejor lectura. Sin ir más lejos, en Toledo se han registrado 1.615 contrataciones indefinidas en diciembre, 296 menos que el mes anterior. Si bien, el año 2019 consiguió despedirse con el aumento del 8,75% de las contrataciones indefinidas.

Lo que no figura en la estadística del Ministerio de Empleo es la lectura de la clase de jornada laboral en estas contrataciones, con lo que no se puede analizar la proporción de empleos a jornada completa o parcial.

En el otro lado de la balanza se sitúan los contratos temporales, con una importante cifra, 18.577 empleos en la provincia de Toledo en diciembre, un 91,1% del total de las contrataciones. En diciembre perdió 493 contrataciones si se atiende a la variación mensual, aunque  la anual apunta que 2019 cerró con 468 contratos temporales más que 2018.

una problemática de años. La situación no es nueva ni viene derivada de la crisis económica. En este caso,  España suele figurar como segundo país de la Unión Europea con la tasa de temporalidad más alta y arrastra esta condidición desde 1985, año en el que los contratos temporales supusieron el 91,2% del mercado laboral. El porcentaje dejó a la luz la reforma laboral que se aprobó el año anterior y el mercado no ha levantado cabeza desde hace muchos años a pesar de los intentos, los cambios, las huelgas y las amenazas de medidas de presión para intentar mejorar la empleabilidad, los sueldos y la calidad de los contratos.

En la actualidad, la lectura es otra bien distinta y los sindicatos y distintos partidos políticos achacan la situación a la reforma laboral del PP efectuada en el año 2012, pero los datos demuestran que el mercado laboral español lleva sujeto a la temporalidad muchos años.

 A pesar de que los datos no son tan halagüeños como gustaría, lo cierto es que Toledo es la provincia de Castilla-La Mancha que ha formalizado más contratos a lo largo de 2019, un total de 261.064, de los cuales 23.389 fueron indefinidos. Le siguió Albacete, con 229.990; Ciudad Real, con 227.469; Guadalajara, con 144.980;y Cuenca, con 96.174 contratos.