Vicente apuesta por captar el activismo de los más jóvenes

C.M
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Vinculado desde hace cerca de 20 años a Bolo-Bolo, el organizador del genial 'Over the Rainbow' toma las riendas de una organizaicón que necesita «implicación, relevo generacional y trabajo en red»

‘Toledo entiende’ aspira a una marcha masiva

El relevo generacional es imprescindible en cualquier lucha, colectivo o tiempo. Por eso, sabedor Ricardo Vicente de esta realidad, la asociación Bolo-Bolo Castilla-La Mancha está trabajando en una «mayor implicación de los jóvenes» y en la articulación de una «red de ámbito regional» que propicie una visibilidad efectiva y real. Bajo esta premisa, Vicente inicia su presidencia conociendo a la perfección la labor desarrollada por el colectivo en la ciudad, no en vano es el organizador de la ‘Over the Rainbow’, fiesta oficial del ‘Toledo Entiende’, es un gran activista por la visibilidad del colectivo en su ciudad, y está vinculado emocionalmente a esta asociación desde sus comienzos, hace casi 20 años. Además, ha sido el secretario general de BoloBolo en el último año.

Por ello, sus prioridades se centran en adaptar las reivindicaciones del colectivo LGTBI de la región a las nuevas realidades impulsando «el activismo entre los más jóvenes» y «buscando espacios de reunión» en la ciudad para que «estemos felices y a gusto» en Toledo. Y puesto que «va siendo hora de que las nuevas generaciones tomen el relevo» en esta lucha desde «el ámbito local y no sólo desde el nacional», el presidente de Bolo-Bolo se mostró satisfecho por la «incorporación de un grupo de 30 personas jóvenes» a una organización que el próximo año cumplirá 20 años y que en la actualidad cuenta con unos 40 integrantes.

Consciente de que «el trabajo en red» afianza las acciones, Ricardo Vicente aprecia la necesidad de «realizar actividades conjuntas en el ámbito regional» trabajado con Plural -la otra asociación federada- e incentivando la formación de nuevas agrupaciones en las distintas localidades. A ello se suma la importancia de lograr «que en el ámbito rural las personas de nuestro colectivo no tengan que irse de sus municipios». Y eso pasa por conseguir la ansiada «normalización» de la realidad LGTBI.

Para ello, y una vez conseguida la unidad de acción y la participación de «quienes tienen que continuar la batalla», el presidente del colectivo toledano ha iniciado la organización de encuentros quincenales para que «la gente se conozca» evitando así «los grupos cerrados y estancos» tan habituales en esta ciudad que, al final, lo que generan son divisiones y falta de eficacia. Sobre la respuesta obtenida, asegura que ha sido «un éxito» y que, por ello, es de esperar que la iniciativa acabe dando sus frutos.

En cuanto a la importancia de reforzar la imagen del colectivo y de las actuaciones a emprender, apreció el valor de integrar «las herramientas disponibles en el ámbito de las nuevas tecnologías» para seguir «dándonos a conocer» y para que «los jóvenes se sientan» más en su entorno. Además, y relacionada con esta línea de acción, Ricardo Vicente ya ha presentado al Instituto de la Mujer una propuesta de formación para los socios de Bolo-Bolo orquestada en torno a talleres sobre distintos temas importantes para el colectivo. Asuntos relativos, por ejemplo, a la «discriminación de la mujer dentro del propio colectivo».

Un «fiestón si nos dejan». En febrero del próximo año Bolo-Bolo cumple 20 años y la celebración «si la Covid-19 nos lo permite» debería ser «un fiestón». Por ello, y consciente de que «esta pandemia ha cambiado todo, incluso la forma de ejercer el activismo», Ricardo Vicente ya piensa en poder organizar «una exposición de la lucha de estos años» en la que estén presentes «todas las artes plásticas realizadas por nuestros artistas».

Sobre la celebración, si es posible, del Día del Orgullo a nivel regional, apuntó que está por ver si se puede celebrar en Cuenca, localidad en la que estaba previsto hacerlo este año. Sea como fuere, lo cierto es que Bolo-Bolo está empeñado en continuar ganado esta batalla en la que, por desgracia, todavía quedan enemigos por derrotar.