Lo más caliente de la guerra fría

Sara Borondo
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La serie de disparos más popular trae en la entrega de este año operaciones secretas en la década de los 80

La guerra fría que durante varias décadas del siglo XX dividió al mundo en dos bloques, liderados por EEUU y la URSS, es poco atractiva para los videojuegos porque las hostilidades se producían de forma soterrada, en conflictos diplomáticos o con operaciones encubiertas que no son fáciles de aplicar a títulos de acción. Estas operaciones encubiertas (black ops en inglés) son precisamente en las que se ambienta con acierto la nueva entrega de Call of Duty. 

Hace justo 10 años que Treyarch dio con Black Ops un zapatazo en la mesa similar al de Jruschov, que se centraba en operaciones militares secretas de los gobiernos. En ellas suelen estar involucrados los servicios de inteligencia como el KGB, la CIA o el MI6.

Han salido tres entregas más. En Black Ops III el estudio decidió suprimir la campaña, y fue una decisión que no gustó demasiado a los jugadores, así que en esta ocasión ha optado por todo lo contrario, creando una historia en la que ha invertido una buena cantidad de trabajo y de dinero. Por mencionar un detalle, en la versión española el actor José Coronado pone voz a Emerson Black, miembro de la Oficina de Servicios Estratégicos. 

El objetivo principal de la historia es encontrar a Perseus, un agente soviético infiltrado, en el camino se viven escenas que recuerdan a grandes clásicos del cine de acción y aparecen Gorbachov y Reagan, los líderes de los dos bloques en los años 80 en los que se desarrolla la campaña. 

El protagonista se puede personalizar, una gran novedad, y se toman algunas decisiones que tienen ciertas repercusiones. La campaña siempre ha sido uno de los puntos más débiles de Call of Duty, pero en esta ocasión es una de sus fortalezas. Es breve pero ya no se queda en una excusa para aprender a manejar las novedades del juego para cuando toque enfrentarse a otros jugadores.

Del mismo modo que la campaña se ha reforzado, el multijugador es algo más continuista, pero sigue siendo excelente e incluye algunas novedades interesantes, entre ellas una cierta unión narrativa con el universo del juego y los comodines, que cambian las características del operador.

En las partidas 6 contra 6 hay enfrentamientos de Duelo por equipos, Dominio, Baja confirmada, Buscar y destruir y Todos contra todos. Se juega en mapas urbanos como Moscú o Miami pero hay otros más inusuales como Satélite, una zona desértica en la que hay una parte con dunas y otra rocosa, o Armada. Además de los modos de entregas anteriores, Cold War incluye dos nuevos: en Escolta VIP un equipo escolta a uno de los jugadores hasta un punto del mapa mientras lo demás intentan eliminarlo y no hay reaparición de los personajes al morir, lo que lleva a jugar con más táctica y colaboración del escuadrón y a un ritmo más lento de lo habitual, y en Bomba Sucia se enfrentan 10 equipos de cuatro jugadores cada uno, que deben colaborar para detonar bombas por los mapas, que son los más grandes del juego. Por supuesto, tratándose de Treyarch, no faltan los zombis.».  

En el aspecto técnico destacan esta año las nuevas consolas y, como siempre, el PC, que en este caso queda como exclusiva de Battle.net. En la versión para PS5 una de las características que más llama la atención es cómo la resistencia de cada gatillo cambia y el derecho se percibe como un gatillo real. Cold War tiene crossplay entre todas las plataformas, de forma que se podrá jugar con amigos que tengan cualquier consola o un PC.