El Villacañas acumuló su cuarta derrota consecutiva, esta vez tras sucumbir en su visita a La Roda. Los de Fernando Lominchar cuajaron una buena primera mitad y tuvieron mala fortuna en la segunda. Se adelantaron los de casa de penalti y, acto seguido, perdonó Ángel Luis desde los once metros el empate. El 2-0 llegaría acto seguido y aunque Manu recortó distancias prácticamente de manera inmediata, el resultado ya no se movería.
Medían sus fuerzas dos equipos separados únicamente por cinco puntos en la clasificación pero en dinámicas totalmente opuestas. Mientras que los locales afrontaban el duelo después de sumar en sus últimos cinco compromisos, donde sólo el empate en la última jornada les impidió sumar el pleno de victorias; los visitantes lo hacían tras encadenar tres derrotas consecutivas que le habían hecho coquetear con los puestos de descenso.
Así, los de Fernando Lominchar, tras un mes sin saber lo que es vencer, salieron al terreno de juego concienciados para tumbar a un rival en racha y el segundo conjunto menos goleado de media tabla hacia abajo. Y es que los triunfos de los de Sergio Rubio se cimentan sobre una férrea defensa, que ha sido capaz de dejar su portería a cero hasta en tres jornadas y siempre supone una amenaza para las aspiraciones ofensivas del contrario.
Así, el primer acto tuvo como protagonista la intensidad y el nivel alto mostrado por ambos contendientes, que hicieron de las precauciones su principal aliado, impidiendo que las acciones de peligro fueran una constante. Dignas de mención, una por cada bando: la primera cuando apenas se llevaban siete minutos de partido y Fran Galdón remató de cabeza para que atajara sin problemas Rodrigo. La segunda, cuando su homólogo, Miguel, hizo lo propio con la posterior acción villacañera, en el ecuador de un primer acto sin mucha historia.
La segunda estuvo más movidita. Con ella llegó la salsa del fútbol: los goles. Y es que tras el descanso los rodenses estiraron sus líneas y pronto obtuvieron premio a sus avances ofensivos. Un penalti en el minuto 54 puso el marcador en franquicia para los de casa. La reacción, sin embargo, no se hizo esperar y el colegiado señaló sólo un minuto más tarde una nueva pena máxima a favor del Villacañas, pero Ángel Luis, desde los once metros, mandó el esférico desviado no sin antes golpear en la madera.
Que el partido se volvió loco dio buena cuenta la parroquia local, que tras celebrar el tanto de los suyos en el 54’ y hacer lo propio con el penalti marrado en el 56’ de su rival, explotó de júbilo cuando en el 58’ Biho mandaba al fondo de las mallas un centro de Fran Galdón. El 2-0 no detuvo la espiral de ocasiones y los de Fernando Lominchar reducirían distancias tan sólo cuatro minutos más tarde con un certero remate de Manu, que acababa de saltar al terreno de juego.
Tras casi diez minutos frenéticos el encuentro se calmó, si bien las situaciones para ampliar la ventaja por parte rodense no cesaron, así como las de los toledanos por igualar la contienda. Al final, nueva derrota de un Villacañas que debe despertar cuanto antes.