El arzobispo invita a seguir la generosidad de Jesucristo

M.G
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Braulio Rodríguez Plaza centró la homilía en la multiplicación de los panes y los peces como «un gesto con el que nunca nos cansaremos de maravillarnos» Agradeció la presencia de los políticos a la misa celebrada en la Catedral

El arzobispo invita a seguir la generosidad de Jesucristo

«La fiesta del Corpus es la fiesta de las manos del Señor y de nuestras manos». Así ha resumido esta mañana el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza el sentido del  pasado jueves y de la liturgia del domingo durante la homilía de la misa que se ha celebrado a mediodía en la Catedral. Un acto religioso significativo al que también han acudido autoridades políticas, como el consejero de Educación, Ángel Felpeto, la alcaldesa de Toledo,  Milagros Tolón, y varios concejales de la nueva Corporación Municipal, entre otros. Normalmente, el arzobispo no se detiene a lanzar un mensaje a estos invitados, pero esta vez ha sido distinto y al iniciar la homilía ha agradecido su presencia «porque es la manera de reconocer que la importancia de la celebración del Corpus para esta Iglesia».

Rodríguez Plaza ha oficiado de nuevo esta misa en la que ha subrayado la generosidad de Jesucristo  al multiplicar los panes y los peces, «un gesto que nunca nos cansaremos de maravillarnos». Lo ha puesto de ejemplo, entre otras cosas, para dejar claro que se trató de «una fiesta humilde y de fe», una prueba de que se trata «de un mensaje claro, diáfano y contundente:«Donde está Jesús desaparecen las proporciones humanas»  y gana «la calidez»·  que ofrece la solidaridad y la entrega de Jesús en comparación «con la fría soledad del dinero»  que guardan relación «con los depósitos bancarios».

La misa de ayer en la Catedral ha brillado con la misma intensidad que la que se celebró el jueves justo antes de la procesión. La Custodia de Arfe sigue ocupando un lugar especial, ya que permaneció presidiendo el altar. En esta ocasión, la homilía resaltó la humildad y omnipresencia de Dios. Rodríguez Plaza ha insistido «que el Señor no levanta mucho la voz ni hace gestos ampulosos» y así lo confirma lo ocurrido con los panes y los peces. En este sentido, ha subrayado en que el pueblo «también necesita realizar un gesto inédito que sirva para acercarse a Él y «nos saque de la desesperanza».

Quizá esta homilía guarda mucha similitud a la del año pasado. En aquellos momentos,  el arzobispo invitó a los cristianos a salir de sí mismos y recuperar  «el entusiasmo evangelizador». Además, dio a entender que muchos «han perdido el interés por transmitir la fe en nuestra cultura» y criticó a los que únicamente están pendientes «del bienestar»,  a los que llamó «discípulos del new age».

En esta fiesta del Corpus Christi, el arzobispo lleva días subrayando «que la presencia de Dios» tiene que ser constante y no limitarse a la media hora o tres cuartos que dura una misa. Yterminó dejando claro que «la eucaristía es el alimento de los peregrinos  que se convierte en fuerza incluso para quien está cansado, extenuado y desorientado.