No es la mejor carta de presentación de lo que debe ser uno de los principales reclamos turísticos de Talavera, por estar ubicado en el interior de los Jardines, cerca de la Basílica del Prado, otro tesoro monumental, y por ser obra -aunque rehabilitada- del genial Juan Ruiz de Luna y Rojas, que levantó la artesanía más talaverana y la devolvió el esplendor de siglos pasados. Por ello, una nueva reforma debe convertirse en prioridad municipal.