Los trajes de macero, timbalero y alguacilillo del Ayuntamiento de Toledo estuvieron muy cotizados en 1914, pero no salieron de las dependencias municipales a pesar del interés que mantenía Londres para que formaran parte de su gran exposición de ese año. Pero ni la organización de la muestra ni el gobernador civil de Toledo consiguieron que la Corporación accediese a enviar estos trajes de gala.

El asunto no terminó como una simple anécdota. Juan de Mata Moraleda y Esteban, médico de profeión, cronista de Orgaz, miembro fundador de la Real Academia de Bellas Artes y de la de Ciencias Históricas de Toledo, fue el encargado de transmitir por carta  la petición del gobenardor civil de la provincia, como presidente de la Junta Provincial de Turismo, un traje de macero, otro de timbalero y uno de alguacilillo para que formaran parte de la Exposicion del Turismo que estaba preparando Londres, con el objetivo de exponerlos junto a otros trajes regionales durante seis meses. Por tanto, la decisión tuvo que elevarse a la sesión ordinaria del Pleno del 25 de febrero de 1914.

Según consta en la actas que conserva el Archivo Municipal de Toledo, la sesión debatió el tema, pero se decidió rechazar el encargo   por la simple razón de la falta de trajes de repuesto para eventos y ocasiones en las que se utilizaban. En este caso, Manuel Villarreal en su turno de palabra expuso el importante problema de quedarse sin estas tres vestimentas durante seis meses  «por no haber otros trajes iguales», ya que se hacía «uso de ellos cuando el Ayuntamiento de Toledo sale en Corporación».

A pesar de la negativa, el Gobierno municipal fue consciente en aquellos momentos de la importancia del encargo y  tuvo claro que no podía negarse sin más a una petición en la que entraba también el gobernador de la provincia, con lo que se propuso tras busca alternativas enviar a Londres fotografías de los trajes de macero, timbalero y alguacilillo para que formaran parte de la exposición de trajes regionales que se estaba preparando.

La Corporación aplaudió la idea y el teniente de alcalde, Emilio Bueno Galán, añadió que las fotografías  «debían ser lo más detalladas posible», a color y con calidad suficiente para que se pudieran apreciar los detalles de estos trajes tan singulares que despertaban el interés del Londres.

La propuesta salió adelante sin oposición y se encargó al fotógrafo para enviar lo antes posible las fotografías de buena calidad a la muestra londinense.  También se dio traslado de la negativa a De Mata Moraleda y Esteban subrayando  la necesidad de mantener estas vestimentas para los actos públicos. Quizá también podría haberse acordado otro encargo, la confección de más trajes de alguacillo, macero y timbalero de reserva.