"Estoy feliz porque la gente vuelve al teatro emocionada"

Leticia G. Colao
-

Fue el libro del año y ahora recoge el mismo éxito sobre las tablas. Los Asquerosos, de Santiago Lorenzo, da el salto al escenario y lo hace con dos actores de prestigio, Miguel Rellán y Secun de la Rosa. El domingo llega al Palenque una obra cuidad

"Estoy feliz porque la gente vuelve al teatro emocionada"

Difícil versión teatral para dos actores de la novela Los Asquerosos, de Santiago Lorenzo, porque el libro es un monólogo.

Sí, fue un poquito complicado el proceso, no tanto para los actores sino para  Santiago Lorenzo, que hace la novela, y luego Galcerán y Buixó, que son dos portentos en el mundo del teatro y hacen la primera versión teatral. Luego David Serrano, lo macera y ya se hace una apuesta en pie de la obra. Ha sido un viaje curioso.

También hay una cosa singular, que es lo que hizo triunfar la novela de Santiago, ese lenguaje tan peculiar, tan barroco. No se podían permitir perder todo ese vocabulario y el personaje de Manuel tiene esa forma de hablar tan peculiar, que queda entre divertida y poética.

¿Quiénes son los Mochufa?

Los mochufa (risas)... a todos nos pueden hacer un traje. Manuel lo que quiere es vivir y llegan los domingueros que quieren paz pero no paran de hablar por el  móvil, que piden respeto para la naturaleza pero se traen sus barbacoas, cintas de correr al pueblo teniendo la llanura al lado... estas cosas que en realidad creo que hacemos todos. Todos somos un poco mochufas.

Estos son los mochufa que retrata Manuel, que todos vamos de peritos a la naturaleza pero luego no sabemos realmente vivir en el campo, ni sabemos estar los unos con los otros. Pero también es gracioso porque él está enrabietado con el mundo y lo cuenta casi como una rabieta, pero luego se da cuenta, que creo que es una de las cosas más bonitas de la función, que al final todo esto que te molesta en los otros, la mayoría de las veces es un reflejo, es algo que a ti también te molesta porque tú tienes, o no tienes, o no soportas porque es de algún familiar... en realidad todo lo que nos pasa con los demás, no deja de ser un espejo.

¿Hay mucho mochufa en la vida real?

Sí, sí (risas). Todos somos un poquito mochufa, y ahora más. Creo que de la pandemia hemos salido un poco sin rumbo, vamos por las calles como pollos sin cabeza, yo el primero. He salido de todo esto... bueno, no sé si hemos salido. Pero ahora que más o menos puedes hacer una vida más parecida a la de antes, aunque sea con mascarilla, tengo unas fobias increíbles.

¿Se puede decir que esta obra es una parodia de nosotros mismos, de la vida actual?

No sé si tanto parodia, porque se mantiene en un tono entre natural y costumbrista, no se lleva al límite, pero sí que es un poquito disección microscópica de cómo somos las personas. Esta cosa de que queremos estar tranquilos pero nos metemos en el bar más lleno porque ahí se meten los demás. Es la condición humana, meter todo el rato la pata  y ver siempre la viga en el ojo ajeno, hay muy poca autocrítica.  

Eso está en los mochufa, cuando Manuel  describe a todo el mundo contando esa parte del otro que no ve de sí mismo.

¿Cómo es Manuel, tu personaje en Los Asquerosos?

Es un tipo peculiar, porque no sabe manejarse en la gran ciudad. Casi diría que es una especie de ‘freaky’ que se ve metido en un jaleo porque hay una gran manifestación en la ciudad y él se cree que le ha hecho daño a un guardia y sale huyendo, y en esta cosa de salir huyendo porque no sabe reaccionar ante la violencia, acaba en un pueblo deshabitado y ahí es realmente donde se conoce. Y se da cuenta de que vive mejor sin el casero, sin los vecinos, sin dar explicaciones... Manuel es un tipo de persona al que los demás hacen sufrir, y en estos tiempos donde todo el mundo quiere tanto sociabilizar y exponemos todo, de repente nos encontramos con el polo opuesto. Esto es lo peculiar y divertido de Manuel, que quiere estar solo, y cuanto más solo quiere estar, más gente aparece en el pueblo.

¿Pero se puede ser feliz completamente solo?

Pues yo creo que solo no, yo estoy tres días solo y se me va la cabeza, necesito aunque sea bajar a la calle y hablar con quien sea. Sí que creo que es necesario después de estar mucho con la gente o con la familia, pareja, amigos, los momentos de tranquilidad. Estar mis horitas solo después de estar con la gente, lo agradezco un montón, la soledad del guerrero ganada. La soledad por soledad debe estar ser bastante mala.

El libro Los Asquerosos y ahora la obra de teatro están teniendo mucho éxito. ¿Qué la hace tan especial?

Creo que primero es la novela de Santiago que lleva como 200.000 ejemplares vendidos, una locura. David Serrano el director también es una persona muy interesante, conoce todos los palos de la industria y es un director de actores excelente y muy creativo. Y Miguel Rellán, son palabras mayores, lleva toda la vida dedicado al teatro... y sobre todo que la gente se muere de la risa cuando Manuel describe a los mochufa. El texto está trabajadísimo, los personajes no se traicionan a sí mismos, es un teatro muy verdadero, muy macerado, siguiendo la estela de las grandes obras de teatro.

También hay una cosa muy bonita que la gente agradece mucho. Darle al público su valor, el público es inteligente y vivimos tiempos donde todo se empobrece mucho encima de un escenario. Nuestro público, que por algo llenará la función allá por donde vamos, agradece mucho que haya un vocabulario rico, mucho léxico, y en clave de comedia... te lo pasas muy bien viendo la función y a la vez es muy didáctica.

Curioso es que el autor de la novela, Santiago Lorenzo, y tú os conocíais desde hace años...

Sí, nos conocimos además por una de estas cosas mágicas de la vida. Cuando yo llegué a Madrid a estudiar teatro, súper joven, que parece que ha pasado ya toda una vida, para pagarme las clases de teatro y el piso trabajaba en un 7 Eleven, que abría a todas horas y los estudiantes sobrevivíamos trabajando ahí por la noche. Santiago Lorenzo también recaló ahí, en el Seven, creo que él estudiaba Cine, y nos conocimos, nos llevamos muy bien y nos decíamos eso de ‘yo alguna vez será actor y yo dirigiré y escribiré’, y ahí se quedó. Y ahora nos hemos reencontrado en Los Asquerosos, con una bendita casualidad, porque el pueblo donde él está ‘oculto’ y ha escrito el libro es un pueblo que yo visité también para ver a mis padres cuando se jubilaron, y la vida hizo que en un pueblito de 20 personas, dos fueran mis padres y otro fuera Santiago.

Casualidades de la vida, esto da para otro historia...

Sí, sí, totalmente. Del 7 Eleven a Los Asquerosos han pasado más de 20 años pero oye qué fortuna que de repente dos personas que se conocen tan jovencitos y que sueñan con dedicarse a esto, no solo lo consigan sino que además lo hagan en un proyecto juntos, que él ha escrito y en el que yo represento a su Manuel.

El teatro parece resurgir después de atravesar los malos momentos ocasionados por la pandemia. ¿En qué momento se encuentra ahora, cuando además ya se ha recuperado todo el aforo?

Yo he pasado un año y medio de mucho vértigo, como la mayoría de españoles y del mundo, un año y medio terrorífico porque se cortaron las obras de teatro, las películas... a mi primera película como director le pilló la pandemia, yo también tuve Covid. Toda la gente que sobrevive del arte, y que viven día a día, los guerrilleros del arte, lo ha pasado fatal. Afortunadamente, ahora después de un año muy triste, Los Asquerosos por donde pasa está llenando, que es un subidón; además todos los jueves hago también un monólogo en la sala Mirador. Es una alegría ver el teatro lleno y ver que la gente ha respondido.

Yo con estas dos cosas estoy feliz, no porque funcione, que también, sino por ver a la gente que sale, que vuelve al teatro y que los compañeros están de gira y que se está reiniciando todo es una alegría. Como recibe la gente el teatro es muy emocionante.

¿Tiene en marcha ya proyectos futuros?

Ahora mismo estoy terminando lo que se quedó inconcluso, esta gira maravillosa de Los Asquerosos, con el monólogo de las piscinas de la Barceloneta que está considerado como uno de los mejores textos que hay en Madrid, y ya estoy escribiendo la que será mi segunda película. Pero ahora tengo que hacer mucha relajación, ejercicio, tortilla de patata y vino, porque la primera película ha costado mucho. Creo que 2022 va a ser movido, y espero  que salta todo igual de bonito pero más fácil.