Nueva vida para los instrumentos alfonsíes

J. Monroy
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Desde hace casi dos décadas, Jota Martínez está reconstruyendo los instrumentos de la época de Alfonso X a través recogidos en los códices. En breve saca un libro-disco con su trabajo

Nueva vida para los instrumentos alfonsinos

Algunos instrumentos musicales mutaron y evolucionaron hasta las actuales guitarras, la familia de los violines, flautas traveseras, clarinetes u oboes. Entonces eran todavía muy ancestrales y con menos posibilidades técnicas. Otros se habían perdido para siempre. Hasta ahora. Los instrumentos musicales de la corte de Alfonso X gozan de una nueva vida, ocho siglos después, de la mano de los códices de la época y del trabajo, principalmente, de músico Jota Martínez.

Este multinstrumentista madrileño, experto en música antigua, se ha especializado en instrumentos musicales de la tradición peninsular. Hace ya un cuarto de siglo que comenzó a tocar repertorio medieval en distintos grupos. Allí se dio cuenta de que faltaban en realidad instrumentos de la época. Se utilizaban instrumentos folclóricos, renacentistas o barrocos, pero no medievales. Comenzó a preguntarse cómo sonaría la música medieval con los instrumentos de la época, y así nació su investigación.

Y una cosa, parece que ha llevado a la otra, de los estudios de antiguos mecanismos musicales, ha pasado a la reconstrucción. Ya cuenta con más de 150 piezas y ha editado un libro-disco que incluye además música e información sobre todos ellos 'Instrumentos musicales de la tradición medieval española'.

Nueva vida para los instrumentos alfonsinosNueva vida para los instrumentos alfonsinosBuena parte de estos instrumentos han salido, precisamente, de las representaciones en los manuscritos de Alfonso X. De ahí surge un proyecto que pronto cumplirá dos décadas, que en este VIII centenario suma ya 75 instrumentos reconstruidos.

El trabajo, explica Jota Martínez, comienza por la documentación en todos los códices alfonsíes, no solo los musicales, sino cualquiera de ellos. Los hay que tratan leyes, zoología, piedras preciosas o juegos. Hay mucha temática, pero en todos ellos hay miniaturas, en las que en muchas veces aparecen instrumentos musicales. Su trabajo ha catalogado nada menos que trescientos dibujos, que recogen estos 75 instrumentos que ha podido reproducir.

Después de este estudio, el propio Jota Martínez ha podido reconstruir algunos instrumentos. Aunque explica que la mayor parte de ellos han venido de la mano de lutieres de toda Europa, especialistas en instrumentos medievales. La mayoría son españoles, pero también hay italianos, franceses, checos o austriacos. El musicólogo identifica la iconografía y la analiza con conocimientos propios o con la ayuda de otros compañeros, para identificarlo y ver cómo reconstruirlo. Después se lo remite a los lutieres. En ocasiones, es fácil, como con las flautas, pero otras veces se complica mucho el trabajo, con instrumentos incluso inéditos, que no se han representado siquiera en otros códices del mismo periodo y tras su momento de gloria en el siglo XIII, se perdieron en el olvido.

Nueva vida para los instrumentos alfonsinosNueva vida para los instrumentos alfonsinosA partir de ahí, el propio Jota Martínez utiliza estos instrumentos, bien en recitales propios, bien colaborando con otros grupos o artistas, como Eduardo Paniagua. Participa en festivales y recitales con sensibilidad hacia las músicas históricas. Así, hace dos semanas estuvo en Requena, antes en Elche. Y en octubre presentó el proyecto en la Catedral de Toledo. También hay grabaciones de toda esta música y el próximo mes de diciembre, probablemente, se publicará un libro con todo el trabajo de documentación y estudio, 'Instrumentario musical alfonsí', que también llevará música grabada, «porque para mí es muy importante, dentro del proyecto, demostrar también que los instrumentos tienen la utilidad de cualquier otro, que es la de hacer música»

Límites al gasto en música. Aunque Alfonso X no habla directamente de la música en sus códices, apunta Jota Martínez, sus instrumentos sí se recogen en la iconografía, y ha quedado para la historia el amor del rey por la música, siempre rodeado de intérpretes, tanto amor, que él mismo tuvo que ponerse límites al gasto en juglares.

Se conoce por los textos de trovadores de la época que pasaron tiempo con el Rey Sabio, apunta el estudioso, que en la corte siempre había un ambiente muy favorable a la música y la poesía. La mayoría habla muy bien de todo aquello y de su gusto por volver a la corte. «Eso nos hace pensar que la música era importante, Alfonso X tenía un grupo de músicos juglares asalariados, que serían importantes, seguramente personas de las Tres Culturas e incluso de otras partes del mundo, algunos trovadores eran occitanos, que vendrían con sus propios juglares e instrumentos», apunta Jota Martínez.

En un texto escrito por un historiador coetáneo se habla de que Alfonso X «tenía incluso que autoimponerse leyes para de algún modo atar los gastos que algunas veces le conllevaba todo este tipo de personajes juglarescos que estaban a su alrededor, que, como mínimo, comían y dormían, y bebían. Eso era, por lo visto, un gasto importante, y tuvo que ponerse él mismo freno a su frenesí por rodearse de músicos y poetas».