Ángel Téllez confirma en las Ventas

Mario Gómez
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El joven espada toledano confirmó muy dignamente su alternativa ante un lote de escasas opciones. La corrida de Jandilla defraudó en cuanto expectativas generadas,pues terna y encierro formaban un conjunto muy apetecible

Ángel Téllez confirma en las Ventas

Con tan solo 3 paseíllos como matador de toros, es una responsabilidad presentarse en Madrid, en San Isidro y a confirmar alternativa. Una responsabilidad y no liviana a la que el moracho Ángel Téllez miró de frente y afrontó de forma brillante.

El cartel ha ido tomando ambiente por los buenos resultados de Jandilla en Sevilla y Valencia. Téllez tras una triunfal alternativa, cortó 4 orejas en su presentación como matador de toros en Toledo y 4 y rabo en su presentación en Mora, por lo que también era un esperado. A su vez tanto padrino (Sebastián Castella), como testigo (Emilio de Justo) llegaban con buen bagaje en esta plaza, por lo que el lleno fue prácticamente total.

Lucían divisa negra los astados de Borja Domecq en recuerdo del fallecido Fernando Domecq. Criador de Zalduendo y quien pusiera en su día los mimbres de la actual Jandilla. Señal de luto y no buen augurio, pues no funcionó el encierro en casi ningún momento.

El toro de la ceremonia, medía demasiado y así lo marcó en los primeros tercios. Derrotes secos y por encima de las esclavinas de los capotes. En la muleta, se vio un torero nobel pero firme, dispuesto, con un concepto claro y con una técnica propia de quien destacó de novillero y ahora comienza una nueva andadura en el escalafón superior. El animal de la ceremonia pasaba al son que Téllez marcaba, pareciendo que eran embestidas bobaliconas. De vez en cuando, un derrote seco a modo de toque de atención que hacía que nos diéramos cuenta de que él también se enteraba. Muy a menos, rozó la violencia en el tramo final, ante lo que Téllez solamente pudo dejar un buen espadazo a la segunda.

En el colorado que cerró la tarde, pareció que cambiaría la moneda, pero nada más lejos de la realidad. Tras un esforzado saludo, un ceñido quite por gaoneras cambiando el viaje a escasos cms del embroque puso en vilo toda la plaza, y provocó que el toledano se llevase la ovación más rotunda de la tarde. Puso el ¡uy! y el ¡ole! en un mismo momento, lo que provocó que la gente esperase ansiosa la faena de muleta. Tras un acompasado brindis al público, se lanzó de rodillas en los medios y citó de frente al burel, que se vino derecho y certero al pecho del espada que hubo de poner cuerpo a tierra para salvar el navajazo en el pecho. No fue fácil tarea, y Téllez hubo de perder pasos, mientras buscaba el encaje y el toreo largo. Firmeza y mando en el toreo de cercanías, se aprovechó de esta esforzada labor donde quedó natural de bella factura. En el afán de agradar alargó en exceso la faena y recibió alguna protesta. Estocada hasta la bola que hizo rodar la tarde. Pechó con el peor lote.

El padrino de la ceremonia, Sebastian Castella, firmó dos labores de toreo maduro. Su primero, se arrancó noble y con buen tranco a la muleta, y el francés trató de buscarle por abajo. Dos buenas tandas por el derecho que levantaron los ánimos antes que decayeran a izquierdas. Aguantó el cite, con talones clavados y una muleta que ondeaba por el viento. Faena de altibajos con picos muy perpendiculares como lo fue la espada. En el 4º fue emocionante el quite, como como el cambiado con el que inició el trasteo. Siguió y lo desarmó el toro. Volvió a dar cambiados, pero nada volvió a ser igual.

Emilio de Justo con triple comparecencia era uno de los más esperados del ciclo. No terminó de acoplarse a ninguna de sus faenas en las que buscó componer y torear con gusto. Muchos detalles los que dejó el extremeño con la franela y con el micrófono, pues tuvo el bonito gesto de brindar al maestro Ángel Teruel en reconocimiento a su trayectoria como estos días hiciese la Comunidad de Madrid descubriendo una placa al de Usera.