Los ganaderos de lidia de la provincia están de enhorabuena. El pasado martes el gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado en su consejo de gobierno una línea de ayudas de 12 millones de euros para los años 2021 y 2022.
Tras un desastroso año 2020, donde los ganaderos de lidia han sido los mayores damnificados dentro de la cría de los bovinos en extensivo, pues sus productos, preparados para la lidia en plazas y calles, apenas han tenido salida comercial. Sólo les quedo el triste destino de enviar sus animales al matadero, con la abultada pérdida económica que eso supone, pues no son criados para ese fin.
De las casi 10.000 cabezas de bravo censadas a final del año 2019 en la provincia, sólo 68 reses toledanas pudieron salir destino de una plaza de toros en 2020. Únicamente 6 ganaderías de nuestra geografía pudieron embarcar sus animales, destacando las 23 de los hermanos Lozano, 12 salieron de las fincas de Conde de Mayalde, Fernando Peña y Bellos Montes. La Olivilla pudo ver lidiar 7 reses y Juan Carlos García Rivera sólo 2.
Las peticiones del sector han sido sonoras y conocidas, dando visibilidad a sus protestas por verse en algunos casos abocados a su triste desaparición. El Gobierno de Castilla-La Mancha, ha emulado a otras administraciones autonómicas que si que tomaron la iniciativa de ayudar a los ganaderos de bravo en pasado año.
Se ha convocado dicha ayuda que tendrá como último día para poder solicitarse el próximo 15 de mayo, pudiendo existir una cuantía máxima por explotación de 6.000 euros por cada uno de los dos años en los que están en vigor la ayudas. El cálculo de la posible subvención habría que calcularla, sabiendo que, por cada hectárea dedicada al ganado, se pagarán 30 euros y ese abono será íntegro hasta las 175 hectáreas, pues luego se irá modulando.
Se trata de manera primordial, el ayudar a los ganaderos que tengan sus animales pastando de manera extensiva a campo abierto, y no estabulada en naves o recintos pequeños. También se fija una carga ganadera por superficie. Por cada hectárea tiene que haber entre 0,2 y 1,2 unidades de ganado mayor, es decir una vaca o un toro. En otras palabras, por cada cinco hectáreas tiene que haber como mínimo una vaca o un toro y como máximo seis.
La ganadería de lidia ha estado defendiendo durante este pasado año la importancia de sus explotaciones y de su sector como moldeador del paisaje, defensores de la dehesa mediterránea, generadores de empleo en el medio rural y fijadores de economía rural.
Pero sobre todo las ayudas al ganado de lidia pueden enmarcarse dentro de una de las apreciaciones que hizo el Consejero de Agricultura en la presentación de estas ayudas, donde recalcó que muchas de estas explotaciones crían razas autóctonas en peligro de extinción.
Son en resumen cerca de 50 explotaciones de cría de ganado bravo de la provincia, las que pueden acceder a esta ayuda que viene a paliar los desastrosos números de sus ganaderías. El sector ha acogido con alegría esta iniciativa regional, que, aun llegando con cierto retraso, se va a poder recibir durante dos anualidades consecutivas.