El bipartidismo vuelve al tablero

Leticia Ortiz (SPC)
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Las encuestas de intención de voto coinciden en que la pandemia de coronavirus ha 'resucitado' el dominio de PSOE y PP en detrimento de las formaciones que habían irrumpido con fuerza en el Congreso

El bipartidismo vuelve al tablero

De origen desconocido, aunque atribuida a José Zorrilla, que la habría puesto (no aparece en ninguna versión, pero el imaginario popular considera que sí) en boca de Don Juan Tenorio en una de las escenas del conocido drama con Doña Inés, la frase «los muertos que vos matáis gozan de buena salud» es una de esas coletillas literarias que ha saltado de época en época, como si pudiera saltar de puerta en puerta en la serie televisiva de El Ministerio del Tiempo. En política su uso es habitual, pues son muchos los dirigentes a los que se dio por muertos políticos y resucitaron de sus cenizas cuando pocos lo esperaban. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, podría dar clases magistrales sobre ello, pues su trayectoria pública está plagada de resurrecciones inesperadas. De hecho, esta capacidad de aguante parece que incluso le enorgullece, como bien indica el nombre de su biografía: Manuel de resistencia.

Uno de los últimos muertos políticos en España no es un nombre propio, sino todo un sistema: el bipartidismo. Desde que los ciudadanos pudieron participar de manera libre en las elecciones generales tras la Transición, la alternancia en el poder del PSOE y el PP en el poder, así como su absoluto dominio en las urnas, más allá de las anécdotas nacionalistas o los eternos minoritarios como Izquierda Unida, habían sido una constante en la vida pública patria. Una circunstancia que no era nueva, pues tenía su antecedente histórico en  la Restauración borbónica, cuando el partido conservador y el liberal se turnaron en las labores de Gobierno, si bien en aquella época (1874-1931) era el Rey quien decidía a qué formación otorgaba el mando, en función de una crisis política o de desgaste en el poder del grupo gobernante.

Regresando al siglo XXI, la irrupción de Podemos primero y de Ciudadanos posteriormente parecían haber puesto en jaque al bipartidismo. PSOE y PP perdían el apoyo de miles de electores que se ilusionaron con las formaciones debutantes. Los socialistas veían cómo los jóvenes y aquellos con unos ideales más próximos a Izquierda Unida que a su formación cambiaban el rojo en el que se habían refugiado por el morado. Los populares, por su parte, cedían su hegemonía en la derecha, pero sobre todo, veían que el centro -esa gran quimera del tablero político español- podía teñirse de naranja. 

El paso de las citas electorales confirmaba la tendencia e, incluso, la ampliaba con la inesperada aparición de otro nuevo actor por la derecha del arco parlamentario, Vox. El simple jaque al bipartidismo se acercaba ya a un jaque mate que hacía vislumbra la muerte del bipartidismo. Así lo anunciaron medios y politólogos tras los comicios generales de 2019.

Cambio de tendencia

La crisis económica, el conflicto catalán, las nuevas formas de comunicación a través de las cada vez más influyentes redes sociales, la propia estructura de los viejos partidos e incluso la brecha generacional se dieron en su día cómo las razones para cambiar la tendencia que había dominado el Congreso durante décadas. Esa fragmentación parlamentaria, que también se ha dado en otros países europeos, era una constante también en las encuestas electorales que se hicieron públicas antes del mes de marzo. Pero entonces todo cambió.

El coronavirus que, según los expertos cambiará la sociedad tal y como la conocemos, al menos, a corto y medio plazo, también influirá en las urnas. Así, al menos, lo aseguran las encuestas de intención de voto que han visto la luz en estos dos meses de estado de alarma. Excepto el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que vaticinó que las cosas se quedarían más o menos cómo están ahora. Eso sí, casi por primera vez desde que el exmiembro  Comisión Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez José Félix Tezanos está al frente, la encuesta pública apuntó una posible caída del PSOE. Pero ligera.

Más allá de las cifras particulares de cada estudio electoral publicado en los medios, llama la atención la resurrección del bipartidismo. Socialistas y populares vuelven a afianzarse como opciones muy mayoritarias, recogiendo, además, la caída de las formaciones minoritarias que, justo cuando afrontaban su resurgimiento o su consolidación han visto frenada la tendencia debido a la expansión de la COVID-19, que ha hecho saltar por los aires todas las estrategias políticas previas.

Aunque el partido de Pedro Sánchez sigue siendo la opción preferida por la mayoría de los electores, su ventaja, según los sondeos, se ve reducida por la subida de la formación de Pablo Casado, que parece que logra taponar la salida de apoyos -por la derecha hacia Vox y por la izquierda hacia Ciudadanos- que había sufrido en las citas anteriores. 

El abanico del voto tiende a cerrarse, a tenor de las encuestas, y muestra una incipiente tendencia a la concentración en las dos principales fuerzas del país, como si la crisis sanitaria, social y económica llevase a los españoles a refugiarse bajo el paraguas de los viejos conocidos. Así, la gran mayoría de los rastreos electorales apuntan que socialistas y populares aglutinarían más del 56 por ciento de los votos, un registro que se perdió tras los comicios de 2016, el último en el que ambas fuerzas acumularon más de la mitad de los sufragios.

La presencia de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición en la situación más crítica que ha sufrido España desde la Guerra Civil  no le sirve para ganar adeptos, más bien al contrario, ya que perdería apoyos y escaños. 

La tercera fuerza en el actual Congreso de los Diputados, Vox, vería frenada su ascensión de forma abrupta. Según coinciden las encuestas, su respaldo en las urnas podría llegar a caer casi a la mitad, perdiendo peso en el futuro Hemiciclo. Y Ciudadanos, tras su batacazo en las urnas el pasado 10 de noviembre y a pesar del cambio de liderazgo, se quedaría, aún más relegado en el tablero político.

Son solo encuestas. Y nadie se atreve si quiere a dar una posible fecha electoral en una legislatura que, antes incluso del coronavirus, ya estaba sujetada por las pinzas de los nacionalistas y los independentistas ante la exigua mayoría del Ejecutivo bicolor. Pero, de momento, el bipartidismo parece haber vuelto para reclamar su sitio en el tablero político español.