El club de atletismo UDAT ha vuelto a arremeter contra el Ayuntamiento y el festival de música, que se celebrará 31 de mayo y el 1 de junio en la Pista de Atletismo, dado que «tras meses sin noticias nos informaban -tras preguntar por ello- que el próximo 28 de mayo será el último día en el que podremos utilizar la Pista», indica en nota de prensa.

Es decir, como indica la entidad atlética, «con solo cinco días de antelación nos informaban que del 29 de mayo al 3 de junio no podremos acceder a la instalación deportiva por la celebración del festival de música».

Los atletas del club talaverano tampoco podrán entrenar en la Pista después del 3 de junio ya que «nos enterábamos también que, tras la celebración del festival de música, tendrá lugar la reforma de la Pista, que tantos años llevamos esperando, y en la que no se pueden celebrar competiciones oficiales desde hace una década por su lamentable estado».

UDAT considera «intolerable que un festival de música y la desidia de los políticos del Ayuntamiento de Talavera jueguen de esta manera con tantas horas de esfuerzo, dedicación, trabajo y sacrificio de los deportistas que representan a la ciudad por toda España».

Junto a esto, deja patente su «malestar  por la absoluta desinformación que hemos sufrido los clubes con este tema, siendo imposible la planificación de la Escuela de Atletismo, la gestión de nóminas de nuestros trabajadores, y la preparación de los más de un centenar de atletas federados que tienen competiciones en los meses de junio y julio y que se quedan sin lugar donde entrenar en los meses claves de la temporada. Todo ello sin consultar ni informar debidamente a los clubes, que somos los principales perjudicados de esta situación». En la Pista se ejercitan los 10 grupos de entrenamiento de UDAT, es decir, un total de 250 atletas.

Por su parte, el PSOE se hizo eco de las quejas de UDAT para criticar que «el Gobierno de Ramos ha maltratado especialmente el deporte». El portavoz socialista, José Gutiérrez, indica en nota de prensa que «tendrían que morirse de vergüenza cuando recuerden cómo vendían a bombo y platillo la Ciudad Europea del Deporte, mientras se les caían a trozos las piscinas, los campos de fútbol o las propias pistas».