La demanda de información contrastada ha crecido durante esta pandemia, en especial durante las primeras semanas, con el encierro y la incertidumbre. El periodismo se vuelve así un poco más esencial en estos momentos en los que los bulos y las informaciones falsas han hecho más necesario el papel de los profesionales de la información. 

«De pronto, nos encontramos ante un enorme incremento de la demanda de información por parte de la ciudadanía y la falta de respuestas de las administraciones y autoridades, al menos de algunas», explica Blanca Bermejo, periodista y presidenta de la Asociación Provincial de Periodistas de Talavera, que resume así lo ocurrido:  «Predominaba el miedo de los primeros a no saber, de los segundos a que se supiera demasiado».

Tiene clara la importancia del papel de su porfesión: «Los periodistas desarrollaron una labor sencillamente magnífica durante aquellos primeros terribles días y también ahora. Al pie del cañón y lidiando como pueden con unas y otras circunstancias. Nuestro papel es esencial».  

Como muchas otras profesiones, en la información también se generaliza el teletrabajo desde que se decreta el estado de alarma: «Para algunas mujeres teletrabajar fue un encaje de bolillos», sostiene Blanca Bermejo. «El teletrabajo puso de manifiesto lo que tantas veces hemos denunciado. El espacio comprendido entre las paredes de la casa recae, en un altísimo porcentaje sobre las mujeres. Niños, mayores, cocina, limpieza…»

«El periodismo está cambiando permanentemente, pero esto ha sido un gran cambio en muy poco tiempo», señala sobre nuevos métodos de trabajo como las comparecencias virtuales: «Confiemos en que más pronto que tarde y aún con nuevos modelos, podamos volver a una cierta normalidad. Adaptarse a las ruedas de prensa por todo tipo de plataformas virtuales, videollamadas… fue fácil, pero se ha perdido en transparencia y eso no lo podemos consentir». 

Le preocupa también el retroceso que puedan sufrir los derechos de la mujer, aunque quiere creer que no ha sido así. «Las crisis siempre afectan más a quienes menos derechos tienen o están aún por alcanzar, como es nuestro caso», señala apuntando al paro y al trabajo precario y, sobre todo, a la violencia: «Especialmente terrible es el caso de aquellas mujeres en situaciones de violencia de género. Una realidad que, lamentablemente, aún estamos muy lejos de erradicar».  

Blanca Bermejo se considera feminista «desde que tengo uso de razón» y tiene muy claro lo que hay que reivindicar este 8M: «Lo mismo que el 8 de marzo del año pasado y lo mismo que el 8 de marzo del año que viene: la igualdad de oportunidades y la defensa de las mujeres en todos los órdenes de la vida. Así de sencillo, de claro y de justo. Se ha conseguido mucho, pero aún hay mucho que hacer».