Para un club que hace tres temporadas se encontraba en Primera Autonómica, ya es un éxito clasificarse para una Fase de Ascenso a Segunda B, que pasará a llamarse Segunda RFEF la próxima temporada. Pero esta plantilla dirigida por Fran Sánchez, heredera de los jugadores históricos que ya celebraron algo similar, ha conseguido acercarse a los grandes y no ser un convidado que pasaba por ahí.

Las peculiaridades de esta temporada convierten a este tramo del campeonato en original. El CD Torrijos de la temporada 1994/95 se clasificó por primera vez como cuarto en el grupo castellano-manchego para una fase de ascenso que entonces se disputaba en formato de liguilla. El equipo rojiblanco no arrancón con buen pie, al perder en Ejido frente al Poli y en el San Francisco contra el CD Don Benito (0-2).

Además, al equipo toledano le cayó un 4-0 en la visita a los donbenitenses, en la siguiente jornada, y aunque vencieron en casa por 2-0 al Poli Ejido y al Utrera, ya no había opciones en el partido definitivo en Utrera, donde perdió por 3 a 1.

Mucho mejor sabor de boca dejó el CD Torrijos dirigido por José Ramón Corchado en la campaña 1996/97. Después de ser segundo en la Liga, se quedó a un palmo del ascenso. Empató a puntos con el Motril CF y solamente el ‘golaverage’ particular dejó a los rojiblancos sin premio.

Fue una liguilla casi inmaculada. El arranque fue esperanzador, con un 2-1 al Motril CF y un 0-1 en Algeciras. Los rojiblancos vencieron por 2-0 de nuevo al equipo gaditano y cedieron por ese resultado en Motril. Le ganaron los dos partidos al otro rival, el CD Grabasa Burguillos (0-1 y 3-1), pero ya no valió de nada. En esa plantilla militó el defensa Jorge, natural de Ajofrín, que luego jugó en el CD Toledo, la RSD Alcalá o el Guadalajara.