El gesto torcido de este Bargas F no tiene buena pinta. En las dos últimas jornadas ha desperdiciado parte de la permanencia que ya tenía asegura. Todavía hay capacidad de maniobra, pero la derrota frente al Alcorcón FS hace daño por cómo se produce. Pudo ser (y debió ser) más abultado. Al menos, que sirva de toque de atención para el encuentro del domingo ante el Navalmoral FS porque ya se han consumido las vidas.
Durante los primeros segundos de este encuentro aplazado de la novena jornada, los disparos de Javi Liria hacían presagiar la cuesta arriba que se iba a encontrar el equipo toledano. Y en minuto y medio, Araque ya había anotado el 0-1 tras un saque de esquina que remató a placer. Los locales no encontraron la manera de quitarse la presión del rival, que exprimió al máximo todos los robos provocados en media pista.
Fue un no parar de finalizar jugadas y esa dinámica era bastante peligrosa. Entre tanto error, Fidel estuvo en su sitio, aunque, en acciones aisladas, los de Dani Pérez también consiguieron inquietar a Pichín, el guardameta visitante. Precisamente, en el minuto 12, en una buena combinación por el lado izquierdo de Jona con Lucas, este último remachó al palo largo y por abajo para poner el empate.
Pero, exactamente un minuto después, César no perdonó en otra transición que volvió a poner cuesta arriba el encuentro para los bargueños. Todavía quedaba primera parte, desgraciadamente para los intereses toledanos, de cara para el Alcorcón. Chino pidió gol en un remate que dio en el palo, pero Boris, al contraataque, no perdonó. Vino de una acción clara del Bargas FS en el área contraria. Fiel reflejo de lo que estaba sucediendo. Aunque estando este equipo por medio, cualquier cosa es posible. Y, con seis segundos por disputarse de primer tiempo, a Mario Moñi le vino un rechazo dentro del área después de un tiro al larguero de Jona para recortar la diferencia (2-3).
La segunda parte no cambió la cara de ninguno. A un equipo le salía todo, el Alcorcón; y otro, el Bargas FS, no daba una a derechas. Otro minuto y medio tardó Chino en abrir la brecha, ahora con una falta ensayada que le brindó Javi Liria. La montaña se estaba agrandando poco a poco y, de nuevo, las ocasiones se sucedieron casi sin descanso. Milagro que el electrónico no pegara un salto grande porque los de amarillo no pararon de atacar.
Y solo por orgullo, el Bargas FS fue levantándose poco a poco. Mejoró su juego y, liderado por Peces, le empezó a trasladar a su rival la tensión. En el minuto 29, los rojillos hilvanaron una buena jugada que acabó convirtiendo Peces ante Pichín, estorbado por sus propios compañeros.
Ese gol multiplicó la ilusión y, a falta de un fútbol sala más efectivo, se amortiguaron las llegadas alcorconeras y se frecuentó con más asiduidad el área contraria. Peces se dio con el palo y luego rozó el empate tras una buena jugada de Lucas. A falta de dos minutos y quince segundos, Jona se puso la camiseta naranja de portero-jugador, pero lo máximo a lo que aspiró el Bargas FS es a dar otra vez a la madera. No queda otra que no desanimarse porque aún hay ventaja y está en juego la permanencia.