«Os siento como una familia, de la que estaré pendiente en la medida de mis posibilidades». Con estas palabras se despide de la Archidiócesis Braulio Rodríguez, que se convertirá en arzobispo emérito de Toledo el próximo sábado día 29. En su escrito semana también  asegura que estará cerca de la Archidiócesis y que rezará «por todos los hijos de esta Iglesia».

«Estoy feliz y con una gran paz», manifiesta, al tiempo que pide a los fieles que recen por Cerro porque «suceder a los grandes arzobispos toledanos no es tarea fácil» aunque en su caso cree que sí porque sus años de ministerio episcopal han sido «sencillos y dentro de la normalidad eclesial».

Según Rodríguez, «es verdad que suceder a grandes arzobispos con una presencia potente en Toledo y en la historia de España impresiona», pero confía en que Cerro «no escatimará esfuerzo y entrega» porque, ha dicho, conoce «su capacidad de trabajo y de darse a los demás».

Por todo ello, pide a los fieles que le reciban «con todo afecto y con fe y confianza». Respecto a su ministerio, recuerda que han sido numerosos los encuentros con muchas personas a lo largo de más de diez años que le han dejado «huella» en los pueblos pequeños y grandes, en ciudades y en otros ámbitos de encuentro como residencias, hospitales, colegios, parroquias, grupos y movimientos apostólicos.

También encuentros en parroquias con cofradías y otros grupos católicos, y asevera que ha «disfrutado» con fieles laicos y consagrados, con sacerdotes y seminaristas a lo largo de estos años.

«Creced en unidad, sin olvidar a los más pobres o vuestra responsabilidad en la educación en la fe y en los colegios, sean o no de la Iglesia», les pide.

«Hacemos un pacto: yo rezo con más intensidad por vosotros y vosotros oráis un poco por mí. Mi más profundo agradecimiento, querida diócesis de Toledo», concluye.