A la sombra de un Bayern prácticamente todopoderoso, y encontrando todavía más sombras en los mercados de fichajes que la Premier hinchaba, varios equipos de la Bundesliga establecieron modelos competitivos asombrosos basados en la búsqueda de perlas (jóvenes o no), lo mejor de la clase media, por todo el planeta. El Dortmund, el Leipzig, también el ‘Gladbach’, ahora el Leverkusen (los 24 millones que pagaron por Alario a River Plate parecían un disparate, pero lleva cinco goles en cinco partidos, como Haaland)... En la Liga de Campeones tienen cuatro representantes y los cuatro exhibieron músculo en la tercera jornada: el brutal 0-6 del Moenchengladbach en el campo del Shakhtar, el merecidísimo 2-1 del Leipzig sobre el PSG (remontando y tomándose media revancha de las últimas semifinales del torneo), el inapelable 0-3 del Dortmund en Brujas con doblete, claro, de Haaland... y el engañoso pero contundente 2-6 del Bayern en Salzburgo (en el minuto 78 el marcador era 2-2). Lewandoski, por cierto, alcanza los 69 goles en Champions y se sitúa a dos de Raúl, tercer máximo goleador del torneo tras Cristiano y Messi. En total un 17-3 de la Bundesliga al resto de Europa.
Suficiencia
Mil ejemplos a lo largo de la historia (el último y más reciente, ver cortar las barbas del vecino: el 2-3 del Shakhtar en Madrid) y siguen sin aprender... El Barça, en un ejercicio de soberbia mal entendida, estuvo a punto de protagonizar la sorpresa de la jornada. Se enfrentaba a un Dinamo de Kiev mermado por el coronavirus (como el Shakhtar en Valdebebas, sí), midió distancia en 10 minutos -gol, dos ocasiones clarísimas- y consideró que necesitaba, por ejemplo, dos unidades de energía para liquidar el partido. No reaccionó. Lo salvó todo Ter Stegen, como en la portería contraria el joven Neshcheret mantuvo en vilo el marcador hasta el 2-1 final.
Ferrán, el ‘nueve’
Cinco minutos antes de marcar por tercera jornada consecutiva, ese delantero centro que ha improvisado Guardiola estuvo a punto de marcar el gol de la jornada, un remate de tacón al primer poste que se estrelló en la pierna del defensa situado junto al poste. Ferrán (tres goles) y Morata (cuatro en el reino cada vez más gris de Cristiano) son soluciones inmediatas al grave problema goleador de la selección.
Sequía
Por un lado la estadística (ya son 23 partidos de Suárez sin marcar fuera en Champions), pero por otro el estilo: el 1-1 del Atlético en Moscú estuvo plagado de buen fútbol. «Cuanto mejor jugamos, peor», decía un colchonero a finales del pasado curso, refiriéndose a que si el Atlético domina, si ataca sin cuartel, si crea mil ocasiones... no gana. No está preparado para eso. Dejarse dominar, defender, crear dos y meterlas. Aunque enfrente esté el Lokomotiv.
Salah al espacio
Pocas cosas hay más bonitas en el fútbol actual que ver correr a Mohamed Salah hacia un campo abierto. El Liverpool no jugó para el 0-5 de Bérgamo (el Atalanta tuvo unas cuantas muy buenas), pero el egipcio tuvo espacios y ahí se convierte en una bestia. Diogo Jota (‘hat-trick’) se llevó la gloria, pero el más feliz (gol, dos asistencias y mil galopes en libertad) fue Salah.