Los jóvenes continuaron con sus estudios durante el confinamiento

EFE
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El 20 por ciento de los estudiantes ha tenido dificultades de concentración en su casa y esta ha sido el impedimento más habitual según una investigación elaborada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de FAD

Los jóvenes continuaron con sus estudios durante el confinamiento

Siete de cada diez jóvenes de entre 15 y 29 años que pudieron continuar sus estudios de manera conectada durante el confinamiento encontraron inconvenientes para hacerlo: la mitad de ellos (el 51 por ciento) tuvo "algunas dificultades" y el 20 por ciento se topó con "bastantes" impedimentos.

Esta es una de las conclusiones del informe De puertas adentro y de pantallas afuera realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD) a partir de encuestas a 1.200 jóvenes de esa franja de edad durante el pasado mayo, después de que comenzara la fase 0 de la desescalada en todos los territorios españoles.

Según la investigación, casi 9 de cada 10 jóvenes continuaron sus estudios de manera conectada durante el tiempo que estuvieron cerrados los centros escolares y una gran mayoría (69,4 por ciento) realizó todos o casi todos los objetivos del pasado curso escolar, pese a las citadas dificultades con las que se encontraron.

Entre esos inconvenientes destacan los que tienen que ver con la imposibilidad de concentrarse en el hogar (31,4 por ciento), la falta de preparación del profesorado para impartir clase "online" (28,9 por ciento), la existencia de dudas difícilmente resolubles en casa sin apoyo (24,7 por ciento) o no encontrarse bien anímicamente (23,1 por ciento, dificultad mucho más señalada por ellas que por ellos).

Problemas como no saber utilizar el ordenador (2,5 por ciento) o las plataformas de educación a distancia (3,3 por ciento) se sitúan con porcentajes muy bajos.

En cuanto al entorno laboral, la investigación pone de manifiesto que la mitad los jóvenes de entre 15 y 29 años trabajaban antes de la pandemia, de los que un tercio fue despedido o sufrió un ERTE. El 58 por cientode quienes mantuvieron su puesto de trabajo -casi la mitad con reducciones de jornada o sueldo- pasó a teletrabajar.

En este ámbito, el 77,9 por ciento de los jóvenes afirman haber cumplido con todos o casi todos los objetivos laborales planteados en sus empresas y el 38,9 por ciento reconoce haberse adaptado perfectamente, si bien el 59,3 por ciento afirma haber tenido dificultades.

La falta de un espacio adecuado para trabajar (26,9 por ciento), problemas con la red (24,6 por ciento) y la imposibilidad de realizar ciertas tareas en casa (26,1 por ciento) son los principales problemas.

Según ha explicado la subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, Anna Sanmartín, tanto en el entorno académico como en el laboral, la clase social declarada ha sido determinante para el nivel de adaptación.

"Se han acomodado mucho mejor aquellos chicos posicionados en las clases altas y medio altas frente a sus compañeros de clases medias y medias bajas", ha remarcado.

Respecto a las competencias digitales, el 71,4 por ciento de los jóvenes se considera más habilidoso que sus progenitores y el 55,8 por ciento más que sus docentes y empleadores.

Aparte de esta brecha digital, Sanmartín ha advertido de una "importante" brecha de género, ya que los hombres se ven más competentes que las mujeres, en parte, por el tipo de empleo que hacen de las tecnologías, como el uso diario de los videojuegos.

Un uso de las tecnologías que a casi la mitad de los jóvenes (48,4 por ciento ) le ha servido para aguantar más fácilmente el encierro y al 40,7 por ciento para aumentar su comunicación con la gente. No obstante, el 35,7 por ciento ha reconocido haberse vuelto más perezoso.

"Pese a la hiperconectividad que ha habido estos meses también se ha detectado un sentimiento de soledad en la gente joven porque lo 'online' no puede sustituir a la presencialidad", ha concluido Sanmartín.