Los feriantes lamentan la cancelación tras un año "desastre"

Leticia G. Colao
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Más de 150 puestos de atracciones, alimentación y hostelería volverán a perderse unas ferias, las segundas del año, que se iniciarían esta noche. Dicen que es una feria «extraordinaria»

Los feriantes lamentan la cancelación tras un año - Foto: Manu Reino

Las Ferias de San Mateo 2020 de Talavera pasarán a la historia como una de las pocas que no se celebraron, a pesar de sus orígenes en el siglo XIII y de haber sufrido otras vicisitudes graves que no lograron paralizarla. El Covid-19 sí que lo ha hecho, y en segunda ocasión, ya que también lo hicieron con sus hermanas de San Isidro.

Los festejos, que deberían abrirse esta noche, suponen un vacío importante en el desarrollo de la ciudad, no solo en su vida cultural sino también económica por el impacto que esta supone para Talavera. Puestos de comida y bebida y artesanía, se verán muy perjudicados, pero la suspensión de San Mateo afectará especialmente al sector de los feriantes, que sufre con fuerza desde marzo las continuas suspensiones de ferias, romerías y fiestas patronales ante la aglomeración de personas que suponen. Su actividad quedó completamente paralizada justo cuando acababa de empezar la temporada, y  aún continúa.

Las ferias de Talavera, ya sean en mayo o septiembre, son las más importantes de Castilla-La Mancha tras la de Albacete, no solo por la cantidad de dinero y personas que mueven, sino por su cercanía «y el fuerte tirón que tienen en Madrid y toda la zona de Extremadura, especialmente Cáceres». Además, la de San Mateo «es extraordinaria» porque son las grandes ferias que cierran temporada con el final del verano y la llegada del frío, y que tras la inversión de los meses previos, supone ganancias reales para el sector.

Así lo explica a La Tribuna Manuel Martínez, presidente de la Asociación de Industriales Feriantes de Castilla-La Mancha, quien lamenta la complicada situación del colectivo, agravada por la prohibición expresa de este tipo de eventos el 20 de agosto por la Junta. «El verano ha sido un desastre», afirma mientras recuerda que se encuentran prácticamente parados desde que se decretó el Estado de Alarma, y consciente de que serán uno de los sectores que más tarde en retomar su actividad, al desarrollarse en zonas de grandes aglomeraciones.

En las ferias talaveranas, son más de un centenar los puestos no solo de atracciones infantiles y de adultos, sino que también se agrupan en este colectivo los puestos de alimentación y otras carpas con otro tipo de venta. En las últimas ferias celebradas en septiembre, se sumaban a este centenar más de 40 bares o casetas de hostelería repartidos en las diferentes zonas que componen estos días La Alameda.

La pandemia del Covid-19 ha supuesto el cese de actividad en un sector del que viven unas 30.000 familias en toda España, el 98 por ciento de ellos autónomos y pequeñas empresas. En Talavera, serán alrededor de medio millar de personas las que se verán afectadas sin poder instalar sus atracciones ni puestos, la mayoría de ellas presentes en la ciudad en las dos ferias anuales y muchos vecinos de la zona.

Martínez indica que el de los feriantes en un mundo eminentemente familiar, ya que detrás de cada negocio vive una familia, muchas veces numerosa, a la que se unen el resto de profesionales esenciales para su desarrollo. Montaje y desmontaje, mantenimiento  o control de clientes en el caso de las atracciones, lo que se traduce en una media de entre seis y ocho personas, lo que se incrementa  en el caso de bares, puestos de comida o churrerías, intentando siempre cubrir todos los turnos.

MIEDO Y PREOCUPACIÓN. Las diferentes cancelaciones de singular importancia en el calendario ferial durante el verano y la incertidumbre de cuándo se recuperará la «nueva normalidad» lleva a los feriantes a sufrir «miedo y preocupación por todas partes», explica el presidente de la Asociación de Industriales Feriantes de Castilla-La Mancha.

 No obstante, el colectivo ofrece toda la colaboración del sector para poner en marcha las medidas solicitadas por las autoridades sanitarias. Martínez indica que, una vez que se puedan celebrar, ellos acondicionarán sus negocios ante la limitación de aforo y pondrán a disposición de los clientes geles hidroalcohólicos y la limpieza «a la entrada y la salida», invirtiendo así parte de los casi nulos ingresos de la presente temporada y sabiendo que la «rentabilidad será mucho más baja».

«Nos prepararemos para un cambio profundo en el sector, hace falta mucha concienciación ciudadana, y tendremos que hacerlo de la mano de los ayuntamientos, ya que hasta ahora hemos ido cada uno por su lado». Del mismo modo, llama a la «responsabilidad» de todos para que, en lugar de ir a más como está ocurriendo en las últimas semanas, se pueda controlar el virus y acabar con este «desastre».

ayudas al sector. Desde la asociación regional reclaman la prolongación de las prestaciones a los autónomos a nivel nacional, y en el caso de la comunidad autónoma, proveer una aportación para el reinicio de la actividad ya para el año que viene; reactivar ayudas ICO o una línea de ayuda para autónomos y especialmente para feriantes que llegue al salario mínimo al menos hasta que inicien actividad, por el mes de abril.

A los ayuntamientos piden la reducción de tasas «a lo mínimo» en este y en los próximos años y a los feriantes que vivan en la población, que se puedan retrasar o condonar determinados impuestos, como el del vehículos o el IBI de las naves donde los guardan, porque durante muchos meses no se han movido.