El misterio de los lazos se suma al de los cerditos y peces

J.A.J.
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En la noche del miércoles al jueves, desconocidos anudaron decenas de tiras de tela blanca en zonas del Casco, como las verjas de la Catedral. Sólo se retiraron los de este templo.

Uno de los lazos en pleno Zocodover. - Foto: Yolanda Lancha

Las calles del Casco Histórico de Toledo han vuelto a acoger otra ‘performance’ visual con vagas inspiraciones apocalípticas. En esta ocasión, desconocidos colocaron decenas de lazos blancos por numerosos puntos del centro de la ciudad en la noche del miércoles a  ayer jueves, en la festividad de Todos los Santos. Un lugar donde se concentró buena parte de estas tiras de tela fue el vallado de la Catedral en la Plaza del Ayuntamiento.  Las colocadas aquí fueron las únicas retiradas por los servicios municipales de limpieza a primera hora de la mañana, con la justificación de que afectaban a la imagen del monumento, quedando el resto a la vista de vecinos y visitantes durante el día.
Esta es la tercera intervención de estas características que se produce en el callejero de la parte vieja de Toledo desde la aparición de 666 cerditos de escayola el pasado seis de agosto y de 777 pececitos de color dorado el uno de septiembre. Estos fenómenos quedaron asociados a interpretaciones sobre profecías de cataclismos debido, en el primer caso, a que el número de los cerditos coincidía con la famosa ‘marca de la bestia’ que el libro del Apocalipsis asocia a la figura del Anticristo. A los pececitos les daba una significación catastrófica un pequeño texto que les acompañaba, donde se decía que «cuando el Ángel que sobre nosotros vuela suelte el pez dorado que con su mano porta, se iniciará la caótica caída de la ciudad de Toledo».

 

Testigos observan a un hombre colocándolos.

Este nuevo caso de misteriosa siembra de objetos extraños en las calles del Toledo histórico se diferencia de los anteriores en que, en esta ocasión los lazos colocados carecían de una numeración de serie que permita adivinar cuántos se han anudado a rejas, bolardos, postes de señales u otros elementos de mobiliario urbano. Todas las tiras de tela blanca, con un largo de unos 40 centímetros, presentaban una misma leyenda, ‘144K’, manuscrita con rotulador negro. Inspeccionándolas fijamente, se observaba al menos dos caligrafías distintas en los lazos.
Cuatro turistas de Madrid, Paula, Andrea, Kevin y Alberto, comentaron a este medio que, durante el mediodía, pudieron ver a un hombre mayor y calvo colocando nuevos lazos de este tipo, que iba sacando de una mochila, para luego escribir en ellos los tres dígitos y la letra referidos.
Los lazos podían encontrarse en monumentos como el Palacio Arzobispal y la Iglesia de San Ildefonso, y en calles como Hombre de Palo, Trinidad, Cadenas o Alfonso X El Sabio, así como en el respaldo de rejas de la bancada situada en la Plaza de Zocodover.

 

144k, ¿otro aviso del Apocalipsis?

144K puede traducirse como 144.000 si se recurre al uso anglosajón de la letra k como sinónimo de mil, significación generalizada en las redes sociales. Y 144.000 es una cifra que aparece en el Apocalipsis para referirse a los «sellados por Dios». Esto se entiende, literalmente, como el número de personas que se salvarán en el fin del mundo.