Christian López ya tiene 27

J. M. Loeches
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El atleta toledano bate el Guinness de más toques con el mango de una raqueta de tenis en un minuto y lo deja en 198

Ni el confinamiento puede con las ganas de coleccionar Guinnes de Christian López. El atleta de Cabañas de la Sagra consiguió ayer su récord número 27. Sin salir de casa y con una raqueta y una pelota de tenis consiguió el reto del mayor número de toques con el mango en un minuto.

Quería no solo batir al nigeriano Haruna Abdulazeez, poseedor del anterior récord, sino dejarlo lo más alto posible y, en el cuarto intento, el toledano consiguió 198, alguno más de lo que estaba marcando en los ensayos previos a la tentativa. Es una cifra que supera en once a los 187 que había realizado el africano en septiembre de 2017.

Pero Christian quiere explicar que este Guinness parece sencillo, pero no lo es. «Es muy complicado mantener la atención para que la pelota no se desvíe», dice. De hecho, sigue narrando, «hay un momento en el que parece que se me va a ir pero al final no».

Christian López ya tiene 27Christian López ya tiene 27Asimismo, el corredor cabañil también desvela que tuvo que prepararse concienzudamente para superar este desafío. «Calenté durante cuarenta minutos porque es primordial coger el bote de la pelota para que no sea más alto de lo normal», agrega.

A partir de ahí, realizó un primer intento, un segundo y un tercero, pero optó por gastar la bala del cuarto «porque, aunque había superado los 187, creía que podía hacer más de los 196 que me salieron en el ensayo previo del martes». Y es que, ya se sabe que Christian López nunca tira la toalla y su objetivo es siempre poner las marcas lo más altas posibles para dificultar que le quiten el registro.

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Se trata ya del vigésimo séptimo récord Guinness que aborda el atleta de Cabañas de la Sagra tras su arranque, en noviembre de 2017, con este tipo de retos. De todos modos, hay que recordar que hay alguno más en la recámara y que su intención es acometer los que se puedan realizar dentro de las cuatro paredes de casa para después, cuando termine el estado de alarma, continuar al aire libre.