Si la noche se queda corta... llega el día

I.G.Villota
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La ciudad se llena de público para disfrutar de las propuestas de ocio y cultura de las Noches Toledanas que ayer tuvieron también versión diurna con teatro, esgrima, exposiciones de arte en la calle y música

Si la noche se queda corta... llega el día

Si se te hace de día después de una noche divertida es que la cosa ha ido bien. Este parece el caso de las Noches Toledanas, la propuesta cultural y de ocio promovida por el Ayuntamiento este fin de semana, si atendemos al ‘non stop’ de actividades. A última hora de la tarde del viernes empezaron las propuestas, con gimnasia rítmica y percusión. También se reeditó el exitoso ‘De plaza en plaza’, de conciertos de música en míticas plazas del Casco histórico, con propuestas desde el rock a la rumba, que consiguieron reunir a numeroso público en torno a una cervecita fresca como si de un festival se tratase.

Pero la cita, que se ha convertido en imprescindible para Concejalía de Cultura, continuó durante el día de ayer y llegó de nuevo a la noche, con más conciertos que se prolongaron hasta la madrugada.  

La ciudad se llenó de público en la jornada del sábado, de toledanos y de turistas, que coparon las calles del Casco histórico, saturadas por momentos, aprovechando el buen tiempo, casi veraniego, que no nos brindó la Semana Santa.

La versión diurna de las Noches Toledanas arrancó sobre las once de la mañana, sin necesidad de madrugar. La plaza Mayor acogió una propuesta de teatro infantil, con las escalinatas del Rojas convertidas en butacas. Fueron tres pases de leyendas para niños y mayores con ‘Sefarad y Tolay Tola’.

Más ‘tablas’ hubo en el centro cultural San Marcos, escenario del microteatro, enmarcado en el Festival de Teatro Universitario con la compañía ‘Tecu Teatro’, que también llegó con diferentes propuestas a la plaza del Ayuntamiento y la plaza de Zocodover, en ambos casos por la tarde.

Otra de las ofertas conjugó patrimonio y deporte, con una exhibición de esgrima antigua en el patio del Alcázar, que impresionó por las estocadas, a cargo de la Asociación ‘Don Diego Duque de Estrada’, y por el escenario.

Muy interesante pareció la propuesta de poesía bajo el agua en los baños mudéjares y curiosa la visita al obrador de Santo Tomé para contemplar cómo se hacen las delicias de mazapán, tan típicamente toledanas.

La calle fue protagonista con muestras al aire libre de pintura y otras artes plásticas en diferentes puntos del Casco, a cargo de artistas locales, así como talleres creativos en Lorenzana.

Pero como la noche el joven, y no tan joven, ni falta que hace, estaba previsto que las actividades continuasen cuando el sol se empezaba a esconder, y con esta edición ya cerrada, con conciertos como el de Mauri en el paseo del Miradero, o la exhibición de swing en el patio del Palacio de Lorenzana, uno de los grande éxitos del programa como cada año.

Habitual en las citas sociales y culturales de esta ciudad se ha convertido la batukada Kekumba y el cierre se hizo con rock, en concreto con un tributo AC/DC con el que dar la bienvenida al domingo en Zocodover. A ver si en 2020 variamos el indie.