«El feminismo es democracia, trabajar por la igualdad real»

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Ana Belén Abellán, concejala de Servicios Sociales e Iguladad del Ayuntamiento de Toledo, anuncia que va a trabajar para remunicipalizar el servicio de Ayuda a Domicilio

«El feminismo es democracia, trabajar por la igualdad real» - Foto: Yolanda Lancha

De cara a las mujeres, ¿cómo es la parte práctica de su Concejalía? ¿Puede acudir cualquiera que tengan un problema? ¿Qué pueden hacer ustedes por ellas?

No solo pueden venir al Ayuntamiento sino que tenemos dos lugares específicos para ellas, el Centro de la Mujer y la Casa de Acogida. Ambos son municipales aunque la Casa depende más del Instituto de la Mujer (Junta de Comunidades) porque son ellos los que deciden quien ingresa en función de unos condicionantes como orden de alejamiento y otros mandamientos judiciales. Allí ingresa la mujer con todos los niños que tenga; ahora mismo hay una con cinco hijos.

¿El Centro de la Mujer?

Viene a atender todos los años a cerca de 600 mujeres entre sus cuatro áreas de trabajo: jurídico, psicológico, recursos y empleo. Según el problema que tenga cuando llega se la deriva a una, dos, tres o a las cuatro. Si es solo para búsqueda de trabajo va a empleo pero si es víctima de violencia de género empiezan por el jurídico para todo lo legal, el psicológico, que es el más importante en esos momentos, etc.

Los recursos económicos, materiales, humanos siempre son pocos. ¿Qué haría falta más si pudiera elegir?

Al final el económico es lo importante. Cualquier acción es difícil, por mucho que queramos, si no tenemos el presupuesto encima de la mesa. Para nuestra alcaldesa Igualdad es un área muy importante, es un puntal dentro del Ayuntamiento. De echo estaba dentro de Servicios Sociales y Milagros Tolón se lo ha llevado a Presidencia. Pero siempre se tiene que dotar de presupuesto. El Pacto de Estado contra la Violencia de Género  también ayuda porque da dinero a los ayuntamientos en función del número de habitantes y permite hacer más labor.

¿Por ejemplo?

Aparte de dar atención, que es primordial, tenemos que realizar mucho trabajo de concienciación, sensibilización y, sobre todo, de educación. Educar en igualdad es fundamental para que desde edades tempranas empiecen a comprender la corresponsabilidad que debe existir entre hombres y mujeres. Es la parte más importante de todas las áreas en las que podemos actuar.

¿Hay colaboración con entidades públicas y privadas?

El Instituto de la Mujer es quien pone una parte del presupuesto y deriva a las mujeres, sobre todo en situaciones de violencia de género, hacia los recursos disponibles en los municipios. En el caso de las entidades privadas Cáritas tiene un programa de mujer víctima de violencia y, como pasa con Cruz Roja, a veces se recurre a ellos para ayuda laboral, por ejemplo. Necesitamos a todas las entidades porque el músculo solidario que hay en la ciudad es indispensable para hacer realidad la labor diaria. Los ayuntamientos sin ese músculo social no podríamos hacernos cargo de todo.

El empleo también es muy importante como vía para darles autonomía.

Especialmente con las mujeres víctimas de violencia. El maltratador va minando a la mujer de tal manera que sienta que sin esa persona no va a salir adelante. Por eso darles una salida laboral para que tengan ingresos con los que cuidar de ellas y de sus hijos es imprescindible.

¿Cómo se les ayuda sobre el terreno?

Los planes de empleo del Ayuntamiento tienen todos una parte dirigida a mujeres víctimas de violencia.

¿Se complementa con formación para que tengan salida en el mercado laboral?

Así es porque a veces más importante que ese empleo temporal es darles herramientas para que tengan una salida laboral efectiva. Por ejemplo, desde la Escuela Toledana de Igualdad se hacen talleres para mujeres emprendedoras que quieren abrir un negocio, para ponerles al día en sistemas digitales que ahora son tan necesarios, siempre con el fin de que ellas puedan caminar solas.

¿Se sorprenden ellas mismas cuando reciben un poco de formación y comprueban que son capaces de hacer el trabajo?

Sí, sí, sí. Muchas vienen pensado que va a ser imposible, que esa persona era su sustento a pesar de estar maltratándola. Parte del trabajo psicológico es hacerlas ver que van a ser capaces, que de eso se sale y que van a tirar para adelante por sí mismas.

¿Cómo está la implicación de jueces y policías?

Los servicios jurídicos y de psicología tienen mucha relación con la parte judicial y nuestros técnicos es habitual que asistan a los juicios. En cuanto a la Policía hay mucha colaboración, tanto a nivel de la Nacional, que tiene su propia unidad dedicada a esta labor porque además es su competencia, como de la Policía Local de Toledo que está muy implicada con los casos de violencia de género y siempre que les necesitamos están ahí para acudir enseguida.

La conversación ha ido rápìdamente hacia violencia de género, ¿quizá porque es lo más preocupante?

Igualdad abarca muchos campos de trabajo: diversidad, brecha salarial, paro, conciliación… Pero es cierto que la violencia hoy en día es una prioridad porque están matando a las mujeres. A mí me preocupa mucho.

¿Tienen datos sobre Toledo?

Aquí no se producen asesinatos, el último que hubo fue en Santa Bárbara de una madre a manos de su hijo, pero las llamadas y las intervenciones relacionadas con violencia han aumentado durante el confinamiento en nuestra ciudad, no en una cantidad excesiva aunque creo que no es porque no existiese el problema sino porque muchas mujeres al vivir con su maltratador tenían miedo a ponerse en contacto con nosotros. Hubo, y hay, muchas mujeres que vivieron en una cárcel. Si ya es difícil pedir ayuda en una situación normal, en un confinamiento, teniendo 24 horas al día al maltratador en casa, se complica todo más. Por eso deducimos que no han aumentado las llamadas porque no han podido ponerse en contacto con nosotros.

Lo peor es que si no afloran los casos no se puede actuar.

El maltrato machista es ancestral, lo han vivido nuestras abuelas y solo ahora que hay denuncias públicas se puede intervenir.

Otro reto es la colaboración del vecino o del amigo que conoce algún caso.

Es muy importante que si escuchas a alguien que pide socorro tú como vecino te impliques. Hay gente que tiene miedo, nunca sabes lo que puede pasar, pero la llamada a la Policía no implica que te identifiquen. Y las mujeres tienen el teléfono 016 que es la mejor salida porque no deja huella… Pero el 8M no es solo violencia de género, es igualdad, trabajar para que todos tengamos las mismas oportunidades y derechos.

A las alturas de siglo que estamos es llamativo que en países desarrollados haya que seguir en esta lucha.

Llama la atención, pero es que este año de pandemia mucho de lo ganado ha quedado parado o ha retrocedido. Las mujeres son las que más problemas han tenido con los Ertes, teniendo que quedarse en caso a cuidar a los niños, las que más reducciones de jornada piden… Todo el peso recae sobre ellas.

Mencionaba la importancia de la educación y eso también afecta a la parte práctica, por ejemplo a compartir esas tareas de casa.

Es superimportante trabajar en corresponsabilidad. Si tienes un niño y una niña hay que educar a los dos en la misma línea. No hay cosas de chicos o de chicas, ni en las tareas de la casa ni en las profesiones.

Este año han sacado ayudas para conciliación, ¿qué demanda han tenido?

El requisito era tener hijos menores de 14 años y que ambos progenitores trabajen fuera de casa. Se les danrecursos para que puedan dejarlos al cuidado de alguien pero no está habiendo tanta demanda como esperaba,., Es la segunda convocatoria y solo hemos tenido cien peticiones a pesar de que se ha ampliado a casos con personas a cargo, hijos con discapacidad del 66%, una discapacidad psíquica, personas muy mayores con dependencia de grado tres…

¿El Plan de Igualdad cumple su cometido?

Está en vigor el segundo plan que es para un periodo de cuatro años y funciona bien. Nuestra alcaldesa  quiso llevarlo a cabo con objetivos viables; no poner muchas medidas y que el 90% no se cumpla. También ha querido que sea muy transversal, que implique a todas las concejalías.

¿Algún caso concreto?

Si se hace un plan de iluminación debe tener en cuenta los lugares que son un poco ‘la boca del lobo’ donde las mujeres pueden llegar a tener miedo de pasar solas. Ese es el tipo de colaboración que se busca.

Esto resume la filosofía de lo que debe ser un ayuntamiento.

Es que ser concejal no es solo centrarse en el área que te asignan. Sobre todo en Igualdad te das cuenta de que la conexión de unos departamentos con otros es muy importante. Deporte, Obras, Cultura… en todo es posible y necesario tener iniciativas que den visibilidad al talento de las mujeres.

¿Cuando ponen estas políticas en marcha ven receptividad en los hombres?

Cada vez más. La gente es consciente de que hay que ir dando pasos. La igualdad no es algo de mujeres o de hombres, tenemos que ir todos a la par, de la mano. De nada sirve radicalizarlo, estaríamos en lo mismo.

¿Extremar los discursos puede dar la sensación de ir unos contra otros?

Es que el feminismo no es cosa de chicas o de mujeres; el feminismo es democracia, es trabajar por la igualdad real entre hombres y mujeres. No es ser más que el otro. Queremos estar a la par, en las misma línea, cobrar lo mismo, tener las mismas oportunidades de ascender…

Obligaciones y derechos.

Efectivamente. Los derechos están muy bien, por supuesto, pero las obligaciones son también muy importantes. Las dos cosas deben llegar a un ‘ten con ten’.

A medida que organizan o participan en eventos ¿va encontrado más mujeres en puestos de responsabilidad?

El caso más claro es nuestra alcaldesa, que lo consigue por segunda vez. En empresas privadas cada vez hay más aunque cuesta, son más reticentes.

Otro servicio de su Concejalía es la Ayuda a Domicilio, ¿se plantean la gestión directa?

Se va a trabajar para remunicipalizarlo, pero no es lo mismo un pueblecito donde el número de personas que se atiende es menor que en una ciudad. Hace falta un equipo de personas dedicado en exclusiva y eso es una dificultad, mientas que la empresa te da ese servicio. Pero se va a intentar.

¿Qué tal funciona?

Muy bien, pero ahora los mayores con el covid tiene miedo y son más reticentes a que entre alguien a su casa, aunque sea conocido, que les lleve el virus. Las trabajadoras están ya citadas para la vacunación y eso dará tranquilidad a los usuarios y a las familias.

¿El virus también ha hecho mella en los CAI?

Este año sí. Lo normal era agotar las plazas y tener listas de espera grandes en las del Polígono y Buenavista (en el Casco siempre quedan plazas sin cubrir) pero este año han quedado vacantes a pesar de que hemos repetido las convocatorias para algunas edades. Si la pareja o alguno de los dos han podrido quedarse en casa han preferido cuidar ellos a los niños, sobre todo al principio. Parece que nos vamos acostumbrando a convivir con el virus y vuelven a la rutina anterior.

¿Hay algún avance con el asentamiento del Cerro de los Palos?

Es complejo, entre otros por el componente cultural. Son familias acostumbradas a vivir de una determinada manera y no quieren salir de allí. Pero se trabaja junto a otras entidades, tienen el apoyo de Servicios Sociales y si tiene alguna demanda vienen a Padilla y les atendemos, pero no es fácil.

¿Los niños están escolarizados al cien por cien?

Sí, pero otra cosa es el absentismo sobre el que trabajan los servicios sociales con la Policía Local para detectar los casos y ponerse en contacto con las familias y reconducir al menor… Pero no solo ocurre allí,  también el Polígono.

El 8M en pandemia, ¿salir o no a la calle?

Cada año sale más gente a las manifestaciones para reivindicar la igualdad, pero ahora no es el momento. La pandemia ha acabado con muchas vidas, hay muchas personas pasándolo mal en los hospitales y sus familias están muy preocupadas. Tenemos que ser muy cautas y buscar otros formatos para reclamar los derechos de la mujer. Los llamamientos masivos no son buenos ni debemos acudir a ellos. Los sanitarios lo están pasando muy, muy mal y otra ola sería hundirlos psicológicamente... y la repercusión sobre la economía, volver a cerrar bares y restaurantes...