El curso con más dudas

J. Monroy
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Varias Ampas de Toledo critican en este inicio de curso escolar la falta de previsión y organización de la Junta y alaban el trabajo de los centros escolares en la prevención

El curso con más dudas - Foto: Yolanda Lancha

Mañana comienza en Toledo un nuevo curso escolar que los padres afrontan llenos de dudas. Varias Ampas consultadas por este diario han expresado su temor ante la pandemia y su agradecimiento hacia los centros escolares, que parece que han hecho todo lo que pueden por organizar un regreso seguro. Pero critican a la Junta por falta de previsión y organización.

 

Polígono

Las Ampas del Polígono, agrupadas en Atril, han remitido este lunes una carta a la Consejera de Educación, Rosa Ana Rodríguez, en la que apuntan «que como padres estamos defraudados y enfadados de cómo han gestionado la vuelta al cole». Entienden que esto tendrá que gestionarse día a día, porque cada jornada podrán variar muchas cuestiones; entienden que el cien por cien de seguridad es imposible, y así lo asumen; «pero no puede ser que unos días de empezar el colegio estemos todos con dudas».

Estas Ampas pusieron en común el pasado jueves por la tarde sus posiciones y vieron que cada colegio estaba marchando a su ritmo; unos ya habían celebrado el consejo escolar, otros lo tenían pendiente; unos padres había podido reunirse con la empresa del comedor, otros no. De igual forma, unos colegios van a empezar escalonados, como el caso del Jaime de Foxá, explican desde su Ampa, desde mañana hasta el viernes, para comenzar todo el colegio al unísono el lunes. En definitiva, «estamos todos un poco perdidos», una cuestión, eso sí, «en la que coincidimos todos en que la culpa es de la Consejería. Con los colegios, con los equipos directivos no tenemos nada que decir, porque sabemos que llevan todo el verano trabajando y haciendo todo lo posible, pero sí que estamos enfadados y defraudados con la Consejería».

No en vano, recuerdan desde Atril, los colegios tienen un protocolo de borrador efectuado desde julio. Educación les obligó a crear un ‘grupo Covid’, que elaboró en cada colegio un protocolo para los posibles casos. Así se le dio a la Consejería también en julio, «pero a día de hoy están pendientes de que se le apruebe alguna cosa». Y mientras tanto, los padres, unos días antes, desconocían la fecha en la que hijo entraría a clase, cómo tiene que ser el comedor, o si se van a desdoblar las clases. De hecho, las Ampas del Polígono critican que Sanidad «solo aconseja» y ha dejado la organización en manos de los centros escolares, sin un asesor ni para estos protocolos.

Los colegios han lanzado una nota informativa a través del programa Papas y las Ampas para lanzar premisas, pero por lo menos hasta este lunes se desconocía el protocolo final. La preocupación de los padres, apuntan desde Atril, es evidente. En primer lugar, si van a comenzar escalonados, tendrán que pedir algún día en el trabajo. Desconocen hasta lo que puede pasar cuando alguno de los niños tengan síntomas y lo mandan para casa, si habrá pruebas o cuarentena y cómo se recuperan esto días. «De ahí el malestar de todos, porque para eso pensamos que sí han tenido tiempo la Consejería y los ministerios», reivindican desde Atril, que sigue echando en falta un trabajo conjunto.

Otra queja viene por las contrataciones de profesores un día antes de las clases, lo que les impedirá conocer el protocolo. A su juicio, se podría haber contratado antes a los maestros o haber retrasado el inicio de clases, para que todos conocieran colegio y protocolo.

Mucho enfado, finalmente, hay en el Polígono con la actuación de los comedores escolares. Mientras que los colegios han hecho un protocolo por edades, con los niños de Infantil en burbuja y después los cursos con puertas y recreos distintos, «el comedor trabaja por ratios, tantos niños por monitora, pero les da lo mismo de qué curso». Es decir, al final todos los niños se juntan en el comedor. Los padres piden más monitores, pero ante las quejas, la empresa de los comedores han comunicado a los padres que «su cliente es la Consejería», de forma que cualquier queja ha de ir a la misma. Mientras, la ganancia sigue yendo a la empresa privada.

Todo esto, sabiendo que el riesgo de exposición cero «como con el amianto», no existe, y con miedo de contagios entre los menores tras algunas manifestaciones políticas. Aunque desde Atril están convencidos que el absentismo escolar será mínimo.

 

Casco

En el único colegio público del Casco, el San Lucas y María, llegan muchos cambios, en sentido inverso a lo que padres y profesores han venido trabajando en los últimos años, pero todos son conscientes de que «no se puede hacer otra cosa». Los padres, reunidos en el Ampa, muestran sus dudas y destacan el importante trabajo realizado desde el centro. Fue el colegio quien informó al Ampa la pasada semana, en la que terminó celebrándose un consejo escolar en el que los progenitores pudieron aportar sus ideas. Pero mientras que el contacto es directo entre padres y responsables de este pequeño centro, se lamentan desde el Ampa, «la información va tarde y desde la Junta no ponen facilidades para que llegue pronto». Así, desconocían este fin de semana hasta si iba a haber nuevo protocolo. De igual forma, el nuevo protocolo para el comedor y medidas preventivas llegaron la pasada semana.

Los padres del San Lucas y María están nerviosos, porque no saben qué se van a encontrar y qué medidas se van a poner en marcha. Esperaban que este lunes llegara, por fin, toda la información.

El centro es muy pequeño y ante el cambio de entradas y salidas, así como de horarios, los padres desconocían si se van a poder desdoblar. Hay temor de contagios, no en vano, recuerdan, las medidas marcadas para Toledo no permiten reuniones para más de diez personas, cuando en clase habrá veinte niños.

Ante esta perspectiva, los padres hicieron el pasado jueves sus propias propuestas. El centro va a perder algo con las entradas escalonadas como es que los propios progenitores ayudaran a los profesores en la entrada de los niños a clase. De esta forma, han decidido crear un grupo de padres para organizar a los niños fuera de forma escalonada. El problema es la falta de espacio en el Casco. La idea es que haya al menos un adulto que se encargue de la seguridad, el control de la mascarilla y medir fuera la temperatura de los pequeños.

Otro hecho diferencial del centro eran las actividades extraescolares, que también se pierden, porque no permitiría grupos burbujas. El Ampa solo va a mantener el aula matinal, que aquí no lleva una empresa de comedor por las dimensiones del centro. Se tendrá que adaptar a las medidas del comedor, un máximo de alumnos, sin niños esporádicos, solo fijos, desinfectar todo después, y mantener distancias de seguridad.

El Ampa quiere pelear, además, por que se cumplan las ratios, a pesar del poco espacio del colegio, «que la  administración haga que las ratios sean reales». De no ser así, se tendrán que pelear por que las clases con ratio pasadas y niños con dificultades, puedan comenzar el curso con sus medidas. Y está haciendo un resumen del protocolo para informar a las familias y hablar de aula matinal y las extraescolares.

Lamentablemente, apuntan también desde el Ampa, el San Lucas va a pasar de ser un colegio muy comunitario, con mesas juntas, en una comunidad de aprendizaje. Este año se pierde todo ese trabajo, volverán los pupitres separados, mirando al profesor, «es una pena, pero no se puede hacer cosa, porque ahora o tomamos medidas, o se va a desbordar». También habrá cambios en el recreo, con seis espacios diferentes para que cada grupo tenga su espacio.

Desde el Ampa también expresan su miedo por los profesores, «porque en los mayores contagios son peores».

 

Santa Bárbara

El colegio Ángel del Alcázar informó el pasado jueves a los padres de su Ampa sobre las medidas puestas en marcha para el inicio de este curso. Se van a cumplir las recomendaciones de la Junta e incluso se van a poner las medidas más duras, lo que de momento los padres ven oportuno.

Distancias, mascarillas, cursos aislados, con distintas entradas y recreos son algunas de las medidas. También habrá medidas en el comedor y presencia policial en las entradas y salidas escalonadas. Es un centro con mucho espacio, lo que ha permitido separar las mesas y respetar las ratios. No va a haber ningún aula que supere los veinte alumnos. Hasta los pequeños, apuntan los padres, podrán guardar las distancias, lo cual ven oportuno. De igual forma, se han dividido las comidas por turnos de edad, comenzando por los más pequeños, para que no se junten.

La idea del Ampa es en los próximos días hacer algunas aportaciones, en vista de cómo marcha la vuelta al cole.

 

Buenavista

Desde el Ampa del colegio público Ciudad de Nara entienden que el protocolo que han explicado los profesores puede ser positivo, pero temen el caos que puede desarrollarse mañana, primer día de clase, en las entradas. Su esperanza es que, con la experiencia de las extraescolares, en las que los padres no entraban en el centro, y las directrices, en breve todo ruede. Pero pide que «sobre todo los padres respetemos las medidas de seguridad, que tengamos la distancia de seguridad y que nuestro colegio sea un búnker; los madres van a seguir las consignas de los profesores, pero los padres hemos de ser más concienzudos».

Habrá niños que entren por la avenida de Francia, otros por el edificio principal y por la calle Dinamarca, Infantil. El problema puede venir en los padres con varios hijos tienen que tendrán que ir dejando hijos por las diferentes puertas. Algunos se podrían juntar, pero no así cuando hay niños en Infantil y Primaria.

En cualquier caso, esperan desde el Ampa que este nuevo curso sea mejor que el final del anterior, «que fue un auténtico desastre y un caos». En el final de curso, reconocen, había profesores que se implicaron mucho con los alumnos. Pero también otros, los que iban a dejar el centro, «que se desentendieron totalmente de los alumnos». Mandaban las tareas los lunes, y padres que tenían que salir a trabajar lo tuvieron muy complicado. Hay incluso algunos que todavía no han respondido a las dudas que entonces les planteaban. Con esta base, esperan que todo vaya mejor.