«Con la mascarilla y desinfectando, no nos hemos contagiado»

Justo Monroy
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Laura Moreno, del Yogui's, afirma que ha sido un año muy raro, en el que los clientes no han llegado a acostumbrarse al toque de queda. Otros han dejado de ir, no solo los turistas, sino también trabajadores del Casco, que ahora teletrabajan

Laura Moreno trabaja en el Yogui's, un restaurante familiar situado en el Casco histórico. - Foto: Yolanda Lancha

Después del cierre inicial de la hostelería, cuando los bares volvieron a abrir, «es verdad que teníamos un poco de miedo a la pandemia y al contagio». Poco a poco, fue también creciendo la angustia por la situación económica, «era un poco una mezcla de todo», explica Laura Moreno, del restaurante Yogui’s.

En estos momentos, sobre todo, están preocupados por la economía, «porque vemos que llevando la mascarilla y desinfectando, haciendo las cosas bien, no nos hemos contagiado ninguno de los cuatro».

Ya antes, tenían la costumbre en Yoguis de cambiarse al entrar a trabajar la ropa de casa, y luego llevársela para lavarla a diario, junto a los mandiles. Lo que sí ha traído la pandemia es más trabajo de limpieza. Cada vez que se levanta una mesa, Laura la desinfecta, así como todas las sillas. Lo mismo hace con el baño cada poco tiempo. Además, aunque haga más frío, puertas y ventanas están abiertas para que esté todo ventilado. Tampoco se acercan tanto a los clientes, ni les hablan tanto.

Ha sido un año muy raro, en el que los clientes no se han llegado a acostumbrar al toque de queda. Cuando tenían que cerrar a las doce el pasado verano, había quienes incluso se presentaban cinco minutos antes y se enfadaban porque no les servían.Otro cambio ha sido la ausencia de muchos clientes, no solo los turistas, sino también trabajadores del Casco, que ahora teletrabajan. Durante las semanas de cierre de la hostelería, Yogui’s llegó a trabajar con servicio a domicilio y de recogida. Ahora solo mantienen esta última.