Dos desconocidas vistas de Pérez Villaamil en Subastas Segre

Adolfo de Mingo / Toledo
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Recogen el aspecto que tenían en 1840 la iglesia de San Lucas y Santa Fe. Esta última vista destaca por su encuadre, con la ermita de los Desamparados, restos de la Puerta de Perpiñán y varias dependencias conventuales ya desaparecidas

Vista de la ermita de los Desamparados y del convento santiaguista de Santa Fe, con la subida hacia Zocodover,? tal y como se conservaba en 1840

La casa de subastas Segre ofreció el pasado febrero un amplio lote de dibujos y grabados del pintor del siglo XIX Genaro Pérez Villaamil (1807-1854). Este artista, especialmente prolífico en su representación del Toledo romántico -inmortalizó la ciudad en decenas de pinturas, algunas tan características como la Vista general de Toledo desde la Cruz de los Canónigos (Museo de Bellas Artes de Bilbao) o el díptico con diversas escenas de ciudades españolas adquirido por el Museo del Prado en 2011-, aún es capaz de sorprender a los historiadores del arte toledano. Así sucedió hace escasos años con la aparición de sendos apuntes sobre la iglesia de San Ginés y el interior de la capilla del hospital de Santiago de los Caballeros, las únicas representaciones en detalle de estos edificios antes de su desaparición en el siglo XIX, como tuvimos ocasión de recoger en las páginas de este mismo periódico junto al historiador Rafael del Cerro Malagón.

Dos de los dibujos subastados en febrero -por un precio de salida de 600 euros cada uno- destacan, así mismo, por su novedad. No sirvieron como apuntes para las vistas de Pérez Villaamil más conocidas de Toledo -editadas en forma de grabados como parte de su España artística y monumental- ni recogen monumentos tan significativos como el interior de San Juan de los Reyes, del que la colección Marañón posee un espectacular lienzo subastado en Ansorena en 2016. Por el contrario, los edificios que recogen son mucho más particulares.

El primer apunte es una representación de la iglesia de San Lucas. Aunque muy esquemática, permite apreciar la tapia del antiguo cementerio parroquial -hoy convertido en jardín gestionado por el Consorcio y entonces ocupado en parte por la desaparecida casa de su santero- y el pequeño tejaroz que guarecía el acceso a su interior desde los pies de la nave central, junto a la base de la torre. Esta estaba rematada en 1838-1840 -fechas en las que se documentan las principales estancias de Pérez Villaamil en la ciudad de Toledo- por un campanario diferente al actual, dotado de dos huecos y no de uno solo (como en la actualidad), según tuvimos ocasión de documentar para el Consorcio antes de las obras emprendidas hace seis años por el arquitecto Javier Camuesco Toldos. A la derecha del edificio religioso, para finalizar, Pérez Villaamil recogió parte de la antigua Casa de los Doctrinos.

La iglesia de San Lucas conservaba entonces un cuerpo campanario con dos huecos en cada frente
La iglesia de San Lucas conservaba entonces un cuerpo campanario con dos huecos en cada frente
Mucho más particular es la segunda representación, en la que figura la antiguo subida al Miradero y el convento santiaguista de Santa Fe, según era en 1840. La vista está tomada desde la actual calle de Gerardo Lobo, con la pequeña ermita de los Desamparados a la izquierda, rematada por una alta espadaña. A su derecha se bifurca la subida hacia la cuesta de las Armas por la calle Real del Arrabal (que el pintor plasmó muy expresivamente, en dirección contraria, en uno de los pequeños óleos que componen el díptico del Museo del Prado), aún con algunos restos del torreón cilíndrico que pudo formar parte de la desaparecida Puerta de Perpiñán. En último término, el enorme conjunto de Santa Fe tal y como estaba antes de la reforma de 1888, según recoge el plano de Coello, del año 1858.