Benigno Blanco da las claves contra el aborto y la eutanasia

J. Monroy
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Iniciativas como Red Madre y un sistema de cuidados paliativos nacional pueden ser la clave

Benigno Blanco da las claves contra el aborto y la eutanasia - Foto: David Pérez

Independientemente de lo que recojan las leyes, cada persona puede luchar desde su propio ámbito por la vida, es decir, contra el aborto y contra la eutanasia. Así lo apuntó este lunes en Toledo el antiguo presidente del Foro Español de la Familia y exsecretario de Estado durante ocho años, primero de Aguas y luego de Infraestructuras, con Aznar, Benigno Blanco, quien trató de dar las claves para hacerlo.

Blanco llenó el salón de Concilios del Arzobispado de Toledo, al que llegó de la mano de la Asociación Cultural Fray Luis de León, que preside su buen amigo Vicente Romera. Tras la presentación de Miguel Francisco Garrigós Domíngez, delegado de Familia y Vida, y secundado por César García Magán, vicario General de la Archidiócesis de Toledo, impartió la conferencia ‘¿Sigue en vigor el Derecho a la Vida en España?’.

El abogado comenzó haciendo un repaso a la defensa de la vida en la legislación y la sociedad españolas. Se detuvo concretamente en las leyes en materia de aborto, y en los proyectos que ha habito esta legislatura a debate en el Congreso de los Diputados en materia de eutanasia, para después decir qué puede hacer un ciudadano normal, que no es político, ni diputado, ni ministro, para «ocuparse de que en la sociedad española no haya abortos, y no se den las condiciones para que nadie tenga que pedir la eutanasia, porque todo el mundo muera en condiciones, bien atendido y con cuidados paliativos».

La suya fue una llamada a la responsabilidad de la sociedad civil, convencido de que en los debates hay que ir más allá de la crítica a los políticos, «porque ellos tienen su responsabilidad, pero nosotros también tenemos la nuestra».

Diagnóstico y solución. El diagnóstico para Blanco está claro: en España hay casi cien mil abortos al año, es decir, «un drama increíble, porque quiere decir que cada año hay cien mil mujeres que, a consecuencia de un embarazo imprevisto, pasan por dificultades tan grandes, que no ven otra salida que algo tan terrible como es un aborto».

Para Blanco, «que una ciudad deje abandonadas a esas cien mil mujeres ante sus problemas, para que tengan que afrontar un aborto, me parece que es un problema de injusticia social». De ahí su apuesta por la creación de redes solidarias, tanto públicas, como privadas, de apoyo a las mujeres embarazadas, más allá del debate legislativo, para que tengan un soporte que les permita resolver sus problemas, de forma compatible con la continuación del embarazo. Ya hay iniciativas sociales funcionando en este sentido, como la Red Madre, a la que pertenece el propio Blanco, que atiende cada año a diez mil mujeres, que no abortan gracias a su ayuda. Le gustaría que ese modelo se extendiera y contara con el apoyo de las administraciones públicas.

Con la eutanasia, apuntó Blanco, ocurre algo similar. Esta legislatura se han debatido varios proyectos de ley, que no han llegado a aprobarse, y que volverán a plantearse la próxima. A su juicio, «el problema real de la eutanasia es que en España todavía no tenemos en la red de la sanidad pública un sistema de cuidados paliativos que se extienda a todo el territorio nacional». Porque se mostró convencido de que «salvo casos muy raros, lo que puede hacer que una persona pida la eutanasia es que es gente que no está bien atendida, es gente que no tiene el entorno afectivo y médico para luchar contra el dolor». En consecuencia, apuntó, la legalización de la eutanasia sería la solución más fácil, pero también injusta, porque con ello «no hacemos lo que es más difícil y costoso, pero que se puede hacer».