Incansables por la igualdad desde los 90

Isabel G. Villota
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El Consejo de la Mujer cumple casi 30 años en Toledo como voz y conciencia igualitaria. Nació con la concejala socialista Matilde Fernández como revolucionaria de las políticas de género cuando no era común denominarse feminista.

Incansables por la igualdad desde los 90 - Foto: David Pérez

Una anécdota en el patio del colegio ‘Alberto Sánchez’ del Polígono fue el detonante. Matilde Fernández, entonces directora del centro, había promovido junto al claustro, entre otras iniciativas, el juego mixto en el recreo. Crearon un equipo conjunto de fútbol. Una alumna se quejó de las patadas de sus compañeros, implorando juego limpio. La respuesta de ellos, hoy impensable o no tanto, rezumaba machismo y podía haber pasado desapercibida. El fútbol era cosa de chicos al ser más fuertes. La protagonista se rebeló. Ella estaba capacitada para patear, pero elegía no hacerlo porque se podía competir sin violencia. «El mensaje de esta alumna se me quedó grabado», recuerda Matilde. «Había que trabajar mucho desde todas las instancias» para erradicar esos comportamientos.

En 1991 tomó posesión como concejala del área de Mujer del Ayuntamiento de Toledo con el socialista Joaquín Sánchez Garrido como alcalde. Con ella las políticas de igualdad empezaron a entrar por las puertas y ventanas de las casas consistoriales como una revolución, cuando no era común definirse abiertamente como feministas. Ella lo era.

De ahí nació la idea del Consejo Local de la Mujer, el órgano consultivo que debía aglutinar todas las inquietudes en pos de la igualdad entre mujeres y hombres y contener el problema de la violencia de género, entonces denominado malos tratos y de ámbito privado. El Consejo se convirtió en la conciencia sobre temas de igualdad en el Consistorio, necesario para visibilizar esta demanda social silenciosa. Hoy lo sigue siendo.

Fue en 1994 cuando se aprueba de manera definitiva su estatuto. Las mujeres querían tomar la palabra. Salir de su hogar y de lo que se suponía que estaba escrito para ellas, siempre en un segundo plano y sin molestar. Lo hizo gracias a las asociaciones, de mujeres, vecinales y sindicatos. Ese documento aún está en vigor y ahora ha entrado en proceso de actualización para adaptarse a los nuevos tiempos e incorporar más masa social con colectivos más diversos. Desde la pasada legislatura ha incorporado a dos hombres, el portavoz de Ciudadanos y el representante de la Asociación de Hombres por la Igualdad (Ahige). «No están vetados, la igualdad es algo de todos», señala la actual concejala del área, Ana Abellán.  

Esa normativa ya invitaba a prestar atención prioritaria a las mujeres con especiales dificultades: «prostitutas, familias monoparentales, maltratadas, exreclusas, drogadictas, analfabetas, etcétera» y recalcaba que la igualdad se debía abordar desde todas las áreas de gestión. En 2020 el Consejo está a apunto de cumplir 30 años.

«No me encontré oposición al crearlo. Fuimos todas a una en la Corporación municipal, desde las mujeres de derechas hasta las más progresistas. Todas teníamos las mismas necesidades de que se nos escuchara y se nos tuviera en cuenta. Nos unimos todas y creamos algo común». Así lo rememora Matilde Fernández, aunque sí recuerda que la derecha frivolizaba algo más con el tema. Reivindica que ya en los 90 empezaron los primeros esbozos de lo que sería un plan de igualdad municipal. También se creó el premio literario ‘Princesa de Galiana’ para potenciar el talento femenino.  

Desde 1988 ya se trabajaba con la casa de acogida de mujeres maltratadas. Una problemática tan grande que auspició la creación de asociaciones como ‘María de Padilla’ especializadas en atención a víctimas de violencia de género y que por esta labor fueron elegidas por Itxiar Bollaín como asesoras de la película ‘Te doy mis ojos’, que aborda con crudeza y realismo esta temática.

Carmen Fernández es su presidenta de honor y también una de las fundadoras del Consejo, junto con Isabel de Paz, María Jesús García, de la asociación vecinal ‘La Cornisa’ y Mari Ángeles Santa-Cruz de la asociación de mujeres  ‘Dama’ del Polígono. Todas ellas continúan hoy en la lucha dentro del Consejo. Son las históricas.  

Las cuatros charlan con La Tribuna este martes tras la concentración mensual contra la violencia machista organizada los primeros martes de cada mes. Esta vez en la plaza del Ayuntamiento, abandonando la Vega por el temporal de viento. La cita está más concurrida de lo habitual, quizá por la proximidad del 8 de marzo. «Recuerdo al principio que éramos cuatro, literalmente», comenta María Jesús.

Las primeras convocatorias, impulsadas hace más de 20 años, señalan desde el Centro de la Mujer, eran en Zocodover. «Después las decidimos trasladar a los martes y a la Vega para aprovechar el tirón del mercadillo», recuerdan. El objetivo era claro: manifestar públicamente el rechazo a la violencias ejercidas contra las mujeres y guardar un minuto de silencio por las asesinadas. Asesinadas solo por el hecho de ser mujeres. Un total de 1.045 (a 4 de marzo) desde que hay registros oficiales (2003).

«Vi entusiasmo», recuerda por teléfono Matilde Fernández, quien recuerda que en los inicios se empezó a trabajar en la igualdad laboral, en la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar, en la formación, toda vez que la balanza en  estudios superiores estaba aún muy descompensada, así como en la violencia de género y la educación sexual. También en la planificación familiar.

El Consejo de la Mujer pasó unos años con menor actividad, con iniciativas importantes como cuando la ‘popular’ María José Rivas como concejala decidió recuperar el premio Princesa Galiana debido a «su compromiso» con potenciar lo femenino y premiar a Matilde -su rival en política- por crear el Consejo.

Ese compromiso se lo reconoce, demostrando que la sororidad existe, la socialista Ana Verdú. Fue designada concejala de Igualdad en 2007, cuando Emiliano García-Page alcanzó la Alcaldía de Toledo, con un gobierno bipartito junto a Izquierda Unida. Fue la primera con este nombre, tres años después de que Zapatero crease el primer Ministerio de igualdad. Así se ponía en primera línea municipal un asunto que se había considerado tradicionalmente de segunda, enmarcado en las políticas de servicios sociales, como si las mujeres fuesen un colectivo. Verdú confiesa que siempre había estado interesada por «estos temas» y asumió el reto. No estaba liberada, pero recuerda, en conversación con La Tribuna, el intenso trabajo. «Este es un área de pensamiento, de compromiso, de estar en la calle, con las asociaciones, de creer en ello», reflexiona.

Apostó por la formación en feminismo tanto de los trabajadores municipales como del resto de la sociedad. Poner la igualdad en la agenda de Toledo. Promover talleres para dentro y para fuera, indica, por ejemplo de lenguaje inclusivo o de actuación en casos de violencia de género. «El Consejo de la Mujer siempre ha sido el ‘Pepita Grillo’ (feminiza el ‘Pepito’) del Ayuntamiento, su conciencia y voz en igualdad. Ha hecho una labor pequeña y callada, pero fundamental», sostiene. «Hoy todas estamos más formadas en igualdad y las que no lo estén, deberían formarse. No me vale con que por ser mujer eres feminista. Hay que leer mucho y empaparte mucho. Hay que ejercer. Y en política hay que tener voluntad», defiende.

En 2008 se activa el Centro de la Mujer con gestión desde el Ayuntamiento. Una herramienta más para asesorar y escuchar a aquellas que sufrían la violencia. El maltrato de sus parejas o la discriminación laboral. Los despidos por ser madres o la falta de formación y herramientas para poder ser independientes.

En 2015 Inés Sandoval, una comprometida feminista y activista desde hace años, tomó las riendas. Su lema siempre fue claro: «No somos un colectivo, somos más de la mitad de la población». En sus cuatro años nació la Escuela Toledana de la Igualdad y las charlas, actos, presentaciones y propuestas de temática igualitaria han impregnado la agenda de la ciudad aprovechando la marea de la calle, a la que llevaba años saliendo. Los dos 8-M históricos, en Toledo y en España, promovidos por la Plataforma independiente 8-M, contaron con su respaldo, y el del Consejo Local de la Mujer. Juntas. Hoy todas las que participan en este reportaje coral estarán, en un lugar o en otro, de una forma u otra, dando la batalla en este Día Internacional de color violeta.