La sala pasó ayer desapercibida aunque estaba iluminada y preparada para celebrar un juicio contra la salud pública de la Sección Primera de la Audiencia de Toledo. La vista oral se prometía corta, aunque el retraso en el comienzo evidenció que las partes estaban negociando, puesto que el acusado desde el primer momento admitió que se dedicaba a la venta de cocaína en pequeñas cantidades.

El fiscal solicitaba en un principio cuatro años de cárcel por un delito contra la salud pública, la inhabilitación especial de derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y una multa de 140 euros. En caso de impago de la multa se procederá a la responsabilidad personal subsidiaria durante 14 días. Si bien, las partes dialogaron y estudiaron la posibilidad de alcanzar la conformidad, que finalmente se fijó en un año y medio de prisión para el procesado, residente en Talavera de la Reina.

En este tipo de procedimientos penales, en los que el delito  se relaciona con la salud pública y la droga incautada no suele ser una cantidad muy importante, suele producirse un acuerdo entre las partes, siempre que el acusado esté conforme, y al admitir los hechos y pactar se rebaja algo la condena y se evita celebrar el juicio oral.

Los hechos. Este caso está en los tribunales desde hace casi cuatro años. El acusado fue objeto de distintos seguimientos y vigilancias por parte de la Policía Nacional de Talavera de la Reina a finales de 2015 porque los agentes ya sospechaban que el procesado se dedicaba al tráfico de drogas. Los agentes observaron el 27 de noviembre que se acercó a otra persona e intercambió algo, con lo que poco después los efectivos descubrieron dos envoltorios con 0,89 gramos de cocaína.

Lo mismo sucedió pocos días después, concretamente, el 4 de diciembre. El acusado también salió de su domicilio, vendió droga y la intercambió desde su vehículo. Los agentes comprobaron la actividad ilícita del procesado en varias ocasiones y terminaron por personarse en su domicilio. Allí encontraron 15,53 gramos de marihuana,c on una riqueza del 18%, con un valor en el mercado ilícito de 140 euros. Además, el acusado reconoció voluntariamente desde el principio su dedicación a la venta de cocaína en cantidades pequeñas.