«La proyección del Museo Sefardí se está redefiniendo"

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Carmen Álvarez Nogales: "Vamos a renovar la estrategia de comunicación y difusión»

«La proyección del Museo Sefardí se está redefiniendo" - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

Llegó a Toledo «por casualidad» hace casi diez años y desde entonces está en casa. Carmen Álvarez asume las riendas de un Museo del que conoce sus muchas bondades pero, también sus importantes inconvenientes. Por ello, sabedora de que la responsabilidad es máxima, la nueva directora del Sefardí afronta el reto con «las ganas» de quien se sabe valorada por lo ya realizado y se contempla «ilusionada» de lo que está por venir. Y puesto que en el trayecto andado Santiago Palomero ha sido su maestro y, en cierta forma, su mentor, no dejó de nombrarle y de recordar lo que para ella ha significado la persona que ocupó antes que ella el cargo.

¿Cómo se siente con este importante nombramiento?

Me siento muy emocionada porque hemos pasado una etapa previa muy difícil, ahora la vida me ha dado un giro en cuanto a reconocimiento, posición profesional y evolución de mi trayectoria; y eso es muy ilusionante. Pero a la vez es mucha responsabilidad, soy joven y tengo mucha fuerza y ganas de hacer cosas, y al ser una persona muy responsable intento ser coherente y aplicar, siempre, el sentido común por encima de todo.

¿Qué ha significado Toledo y este Museo para su trayectoria?

Mis años en Toledo han sido muy importantes y claves para evolucionar en este puesto que ahora afronto. Tengo la figura de Santiago (Palomero) muy presente no sólo como antecedente natural, también como maestro en esa etapa previa personal en la que, progresivamente, me he ido afianzando en seguridad profesional, en objetivos, en gestión. He aprendido mucho a su lado, y eso ahora me pesa en el buen sentido.

En la faceta más personal, estoy muy agradecida y con muchas ganas de afrontar este nuevo reto.

No es sencilla la tarea en una situación marcada por los cambios y por la dificultad de mover una maquinaria, en ocasiones, muy pesada.

Efectivamente, el peso de Toledo como Museo es evidente, no sólo por las cifras ni por la proyección institucional a nivel nacional e internacional, que se va a mantener, sino por la carga de responsabilidad que tiene este Museo estatal ubicado en una ciudad patrimonio de la humanidad y en un momento crucial en varios sentidos.

Primero porque afrontamos el proyecto de obra de la Oficina Única de los museos Sefardí y Greco, que requiere un cambio espacial, una ubicación temporal en otra sede y unos retos técnicos y burocráticos. Todo el equipo del Museo está arrimando el hombro para intentar llegar al objetivo común de modernizar espacios y ofrecer servicios de un museo más moderno. Eso es positivo, estamos trabajando mucho, con prudencia y sensatez.

Pero el Sefardí no sólo está modernizando sus espacios.

Sí, hay un objetivo de carácter sociocultural, y tanto el equipo como el Ministerio es consciente de esta nueva situación. La proyección del Museo se está redefiniendo, está cambiando, se está modernizando y se están actualizando los programas y los proyectos que ofrecemos.

Me refiero a que el panorama de la difusión de la cultura judía en España se está transformando, hay nuevos intereses e inquietudes, ni mejores ni peores, que pueden llegar a ser complementarias.

¿O desafiantes?

Son desafiantes en el sentido de futuro y de cómo reorganizar toda esta red institucional de trabajo. Nosotros tenemos la seguridad de que contamos con proyectos previos de relación institucional donde el Museo se ha ido afianzando, y en esa línea vamos a seguir manteniéndonos.

Es indudable que parte de los cambios pueden llegar del anuncio del Ayuntamiento de Madrid sobre la creación de un Museo Judío por parte de la Fundación Hispanojudía.

Sí, pero en este nuevo panorama de cambios, de aparición de nuevas instituciones y de reconfiguración de la difusión de la cultura judía en España, colaboraremos en la media de lo posible. Lo haremos ofreciendo nuestra identidad, nuestra misión como el único Museo estatal encargado de preservar y difundir el legado cultural, material, arqueológico y antropológico de la cultura hispanojudía y sefardí, y eso no se va a perder nunca de vista.

De todas formas, a día de hoy no conocemos ese proyecto, pero estaremos dispuestos a analizar si existe alguna opción de compartir recursos en beneficio de la cultura que aquí preservamos. Estamos muy tranquilos.

A pesar de la tranquilidad imagino que se están calculando las posibles consecuencias de utilizar este mensaje para fines no culturales.

Aunque es un reto, el Museo está tranquilo porque cuenta con un mensaje muy claro y una misión institucional llamada a contribuir de forma positiva. Además, Toledo es muy importante en la esfera cultural, y los proyectos alternativos no tiene que ser antagónicos si están bien planteados. Tenemos confianza en que los proyectos que surjan sean positivos en la difusión de la cultura judía, y contamos con las redes de trabajo y con estrategias muy estables de carácter internacional.

Sobre los objetivos a cumplir en este nuevo periodo, ¿llegarán los recursos necesarios?

Somos conscientes de que pertenecemos a una red de trabajo que nos debe apoyar, y así lo hace, pero estamos en momentos complejos porque el presupuesto no está aprobado. No sabemos con lo que vamos a contar, también para reforzar recursos humanos y económicos. Yo pondré todo mi empeño en que sea así.

¿Las prioridades?

Además de afianzar, toca renovar y actualizar los depósitos y las colecciones históricas del Museo, que tienen su complejidad, adquirir nuevos prestamos y revisar los que tenemos. Vamos a empezar a trabajar en el refuerzo del intercambio expositivo visibilizando más la colección del Museo más allá de la Sinagoga del Tránsito.

También actuaremos en la difusión y la comunicación -siempre hemos sido muy activos- con una renovada estrategia de comunicación que refuerce nuestros objetivos. Debemos responder a las inquietudes utilizando la tecnología para contribuir de forma muy positiva a esa divulgación.