La selección española de balonmano arranca este jueves el Campeonato de Europa, que se celebra conjuntamente en Hungría y Eslovaquia. Los Hispanos parten con el reto de revalidar por segunda edición consecutiva un título, tras proclamarse campeones continentales en 2018 y 2020.
Uno de sus integrantes, y al que se le puede dar ya el cargo de veterano, es el toledano Gonzalo Pérez de Vargas. El guardameta reconoce que este Europeo es «una prueba para ver cómo responde el equipo después de las ausencias de varios jugadores, que no van a estar por lesión o porque han dejado la selección».
Desde su punto de vista, la continuidad sí se da en un grupo de unos ocho o diez jugadores que llevan ya unos años juntos y que todavía tienen ganas de «demostrar que, independientemente quien esté, el colectivo siempre rinde». Por tanto, para Pérez de Vargas, el objetivo no es otro que «estar entre los mejores, en semifinales», pero, sobre todo, el de «dar una imagen de equipo compacto que sea difícil de ganar».
La ausencia de jugadores como Raúl Entrerríos, Julen Aginagalde, Viran Morros o Dani Sarmiento que han sido santo y seña de la selección durante la última década, así como la baja por lesión de Alex Dujshebaev han abierto un período de incertidumbre sobre el rendimiento del equipo español.
Por lo demás, tampoco ha sido sencilla la situación de Gonzalo Pérez de Vargas en su club. El FC Barcelona ha sufrido esta temporada muchos cambios en la parcela deportiva y, a estas alturas, acumula alguna derrota más con respecto a otros cursos. De ahí que el guardameta entienda que se hayan generado dudas.
En cualquier caso, el capitalino recuerda que en las competiciones europeas han rendido en encuentros fuera de casa y que "ganar o puntuar en cualquier sitio te da carácter y confianza". Por eso, el parón de Navidad ha servido para «ajustar pequeños detalles para volver al nivel al que nos estábamos acercando».
Finalmente, a lo que quiere dar continuidad es a su campus, que pasó el pasado verano por Toledo. El portero ya está en conversaciones para poder repetir experiencia, y en el mismo lugar, el castillo de San Servando, «un sitio estupendo». Según cuenta, «la ciudad se vuelca para que todo salga bien, y la idea es ampliar plazas para volver a tener una buena semana de balonmano».