El vuelco electoral del 26-M en Talavera en 10 claves

C.S. Jara
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La Tribuna hace un análisis de los resultados electorales en Talavera, que han propiciado un cambio de Gobierno con la victoria del PSOE liderado por Agustina García Élez

El vuelco electoral del 26-M en 10 claves

1. El aviso del 28 de abril
Las Elecciones Generales del 28 de abril dejaron ya claro que los electores apostaban por un cambio de ciclo. Al igual que ocurrió a nivel nacional, el PSOE experimentó en Talavera un repunte del 5 por ciento de los votos. El movimiento tuvo una réplica multiplicada en el Partido Popular, que vivió un auténtico hundimiento electoral, pasando en los tres años transcurridos desde 2016 del 43,51 por ciento de los votos al 20,87 por ciento. El crecimiento de Ciudadanos y la aparición de Vox dejó al PP sin la mitad de los votos que cosechó en las anteriores generales. La incógnita el 26 de mayo era saber cómo sumaban (o restaban) los candidatos municipales a esa tendencia.

 

2. El castigo al Gobierno 
Una de las cosas que quedaron claras el 26 de mayo es el castigo a la gestión realizada al frente del Ayuntamiento de Talavera por el equipo encabezado por Jaime Ramos. La percepción ciudadana sobre dicha gestión ha sido manifiestamente mejorable; más allá de la pérdida de votos, se ha producido un hecho significativo: el candidato municipal ha sacado peores resultados que el candidato autonómico con peores resultados de la historia. Son 751 votos de diferencia a favor de Francisco Núñez, suficientes para evidenciar la negativa valoración de la gestión realizada en los últimos cuatro años. El resultado electoral de las elecciones municipales ha sido aún peor para el PP que el de las generales y supone una caída de casi 20 puntos porcentuales y 8.110 votos sobre lo que el mismo Jaime Ramos obtuvo en los comicios de 2015. 

 

3. La irrupción de  Vox
La influencia del partido de Santiago Abascal sobre estas elecciones municipales ha sido decisiva. En Talavera ha debutado con mucha fuerza y ha obtenido 4.737 votos, una cifra que como en el conjunto del país se ha rebajado con respecto a las generales, cuando superó los 8.000. votos. Fue uno de los municipios que más respaldó la opción de Vox y, a pesar de la caída, lo ha seguido siendo en los comicios de mayo. El apoyo de Vox en Talavera no tiene parangón con el que ha obtenido en el resto de las grandes ciudades de la región, con una horquilla que va del 3,62 por ciento de los votos obtenido en Cuenca al 8,28 por ciento de Toledo. Entre los talaveranos el respaldo se ha elevado al 12 por ciento, que convierte a Vox en la tercera fuerza política del Ayuntamiento y supone de facto el sorpasso a Ciudadanos. Ambos estarán representados con tres concejales en la Corporación municipal que se constituirá el 15 de junio, con una ventaja de la formación que ha liderado David Moreno de 443 votos. 

 

4. La ola favorable al PSOE
En paralelo al hundimiento del PP se produce una notable recuperación del PSOE. La teoría no escrita dice que en Castilla-La Mancha el candidato autonómico o local mejora los resultados obtenidos por el aspirante a La Moncloa. En Talavera esta vez la teoría se ha cumplido con creces. Emiliano García-Page ha conseguido el 43,12 por ciento de los votos, 13 puntos más de lo que un mes antes había conseguido en las generales el PSOE, que fue el partido más votado en la ciudad, con cerca de 10 puntos de ventaja sobre el siguiente, el PP. Está claro que la ola venía muy favorable para el Partido Socialista de Castilla-La Mancha.

 

5. El tirón de la candidata socialista
A la ola socialista hay que sumarle el tirón de la candidata socialista a la Alcaldía, Agustina García Élez. La alcaldesa electa ha supuesto un plus de respaldo para el PSOE. Ha conseguido el difícil reto de mejorar los datos de Page, algo que no es habitual y que, por ejemplo, no ha ocurrido en la capital con la alcaldesa Milagros Tolón. La que va a ser la primera alcaldesa de Talavera ha aventajado en casi tres puntos al presidente de Castilla-La Mancha, al que ha superado en 1.259 votos. El nivel de participación ha sido prácticamente idéntico, aunque levemente favorable a los comicios regionales, con apenas dos décimas de diferencia.

 

6. La consolidación de Ciudadanos 
Los votantes talaveranos han decidido no castigar lo ocurrido la pasada legislatura con el grupo municipal de Ciudadanos.Desapareció cuando sus dos integrantes, Jónatan Bermejo y Montaña Palacios, fueron expulsados del partido por integrarse en el Gobierno municipal, donde han participado como si dos concejales más del PPse tratara. La formación de Albert Rivera ha subido en porcentaje y número de votos y ha ganado un escaño municipal más. Los 4.294 votos que ha conseguido mejoran por tanto los datos de 2015 y consolidan a la formación naranja, liderada en estos comicios por Susana Hernández, como un actor político a tener en cuenta en el Ayuntamiento de Talavera. 

 

7. La fragmentación de la izquierda en tres ofertas diferentes
Era uno de los factores más previsibles y las urnas no han hecho más que confirmarlo. La falta de acuerdo desembocó en que concurrieran a las elecciones municipales tres formaciones diferentes a la izquierda del PSOE y la división ha castigado a todas. Unidas Podemos, Ahora Talavera y Por Talavera se han quedado fuera del Ayuntamiento y solo la primera se aproximó a la posibilidad real de obtener representación, porque se quedó cerca del 5 por ciento de los votos que debe obtener una lista para entrar en el reparto de los 25 concejales. Han obtenido 1.778 (Unidas Podemos), 1.171 (Ahora Talavera) y 1.029 votos (Por Talavera). Los tres partidos han sumado en estas municipales 3.978 votos, que habrían permitido a una hipotética confluencia de izquierdas obtener representación municipal, concretamente con dos concejales. Si se hace una simulación con esos datos aplicando la ley D’Hont, los dos escaños que obtendría esa formación los perdería el Partido Socialista, que se quedaría entonces con 12 concejales, a falta de uno para la mayoría absoluta. De haber conseguido agrupar las tres opciones en una única lista, ésta podría haber sido decisiva en la gestión municipal de los próximos cuatro años. 

 

8. El concejal número 6 y el barrio donde Vox sobrepasó al PP
Cada voto cuenta y el PP se quedó a 41 votos de conseguir el sexto concejal,  que habría arrebatado al PSOE. No habría cambiado sustancialmente  el resultado, pero se lo disputaron durante buena parte del escrutinio sin que llegara a decantarse por el lado ‘popular’. Otro hecho significativo es que el PSOE sobrepasó al PP en el Casco Antiguo, su feudo más tradicional. Fueron pocos votos, pero suficientes para proclamarse ganador. Además, Vox barrió literalmente al PP en alguna mesa aislada y llegó a adelantarle incluso en un colegio electoral completo. Fue en el Barrio Santa María, en este caso un clásico cosechero de voto socialista, donde los de Ramos tuvieron que conformase con 26 votos, frente a los 53 que obtuvo el partido de Abascal. 

 

9. La campaña electoral 
El todavía alcalde ha repetido durante la campaña que le hubiera gustado dejar la ciudad más bonita. El acerado, asfaltado de calles y la renovación de pasos de peatones son obras que se han acercado tanto al final de la legislatura que la campaña ha estado plagada de obras de este tipo, con todos los inconvenientes que llevan asociadas. Las obras y las molestias que conllevan han sido uno de los actores mudos de esta reciente campaña y pueden haber pasado factura a quien ha tomado la decisión de hacerlas en este momento. Lo más frecuente es que este tipo de trabajos se adelanten y luzcan cuando llegan las elecciones, de forma que se hayan olvidado los inconvenientes, pero estén lo suficientemente recientes para que la mejora sea evidente a los ciudadanos. 

 

10. La caída de la participación
Una de las claves de las elecciones generales que dieron la victoria a Pedro Sánchez fue la participación. Resultó inusualmente elevada, hasta el punto de que en algunos momentos se llegaron a registrar colas en no pocos colegios electorales de diversos puntos del país. En el caso de Talavera la participación el 28-A ascendió al 76,33 por ciento, 5,5 puntos más que en los anteriores comicios al Congreso. En las elecciones locales, por el contrario, la abstención ha subido al 36,91 por ciento, un punto y medio más alta que en 2015. La movilización entre los votantes socialistas ha sido clara y los resultados parecen apuntar también a cierta desmovilización del electorado ‘popular’.