La Asociación Española de la Industria y el Comercio del Caravaning (Aseicar), entidad de más de tres décadas de historia, celebra este martes su Asamblea General en Toledo. Durante la víspera se ha desarrollado su primera Convención Nacional, que ha contado como ponentes con Javier Díaz Giménez, profesor del Departamento de IESE Business School; Javier Villalba, jefe de la Unidad de Ordenación Normativa de la DGT; y varios comerciales de empresas proveedoras del sector.
Díaz Giménez aconsejó a los presentes que, dado que va a continuar la evolución tecnológica, «tenemos que empezar a pensar en incorporar cada vez más la inteligencia artificial y la ciencia de los datos en nuestros modelos de negocios, en todos». Porque hay parte de los trabajos que se podrán programar, por ejemplo, y «hay mucho que ganar y mucho que perder en estas apuestas». A su juicio, «hoy en día es muy útil pensar en el futuro», por lo que recomendó a los empresarios dedicar media hora menos al día en mirar el correo electrónico y le dediquen media hora más en pensar en el futuro del negocio y el sector.
Parte del trabajo de Díaz Giménez es dar charlas de contexto. Habló del corto plazo (influido por el coronavirus, brexit y elecciones americanas) y el largo plazo (cómo va a ser el mundo dentro de diez o veinte años). En su charla, trató, sobre todo, de reflexionar cómo el cambio tecnológico va a impactar en este sector, que mezcla la movilidad con el turismo. Habló de cambios disruptivos, actitudes ante el cambio, qué pueden hacer las empresas para abordarlos y las actitudes más probables que empujan hasta 2030.
Se trata de un sector con muchas incógnitas. Díaz Giménez apuntó que él no era adivino, «pero si no haces nada, estás apostando que tu trabajo va a continuar, y vas a seguir vendiendo las mismas caravanas, que el futuro va a ser similar al presente». Quien se imagina un futuro «de ciencia ficción con caravanas voladoras», puede ser que se equivoque, pero «como te imagines que el futuro es igual que el presente, seguro que te equivocas, porque seguro que las autocaravanas dentro de diez años no son como ahora, se van a parecer poco».
La conclusión, por lo tanto, es que es más prudente pensar que 2030 va a ser distinto a 2020 y tratar de anticiparse.