Convincente estreno ante más de 4.000 espectadores

Adolfo de Mingo
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Una gran puesta en escena, con magnífica iluminación y un excelente trabajo coral, hizo realidad algunos de los momentos más destacados de la historia de Toledo, desde los visigodos a la llegada del ferrocarril

Si preguntásemos a cualquier historiador por su película favorita sobre la Edad Media -cuál es la más emblemática, la más espectacular, la más evocadora- no pocos elegirían Excalibur (1981), moderno clásico de John Boorman, con sus caballeros de la Mesa Redonda revestidos con resplandecientes armaduras cabalgando al son del Carmina Burana bajo todo un bosque de almendros en flor. Esos mismos especialistas son conscientes de que poco o nada hay en esa película del auténtico y legendario rey Arturo, ni se habían inventado aún las armaduras de placas, ni se justaba en torneos. Excalibur, sin embargo, contiene todo lo que le podríamos pedir a una película de acción y fantasía. Casi cuarenta años después, continúa manteniendo su gran capacidad de seducción, contribuyendo a configurar una identidad a la medida de quienes al verla se sienten trasladados a los albores de la Inglaterra medieval. O, en nuestro caso, al Toledo de hace quince siglos.

El pasado viernes por la noche se produjo la presentación de El sueño de Toledo, el primer espectáculo nocturno del parque Puy du Fou. Una gran puesta en escena por parte de casi doscientos actores. El resultado de muchas horas de esfuerzos, dentro y fuera del escenario, que se vio recompensado con los aplausos de las más de 4.000 personas congregadas en el graderío del parque temático. Como si de la cabalgata de Excalibur se tratase, una poderosa puesta en escena -magnífica iluminación y excelente trabajo coral- hizo realidad algunos de los momentos más destacados de la historia de esta ciudad, desde el Toledo visigodo de los concilios hasta la llegada del ferrocarril en el siglo XIX, pasando por personajes como Alfonso VI, Alfonso X el Sabio o Isabel la Católica.

El guion trasladó con habilidad esta síntesis a los espectadores, equilibrando adecuadamente las voces en off -comenzando por ese ‘aguador de la memoria’ que nos enfrenta con nuestro pasado- con los diálogos y la ambientación musical. Hay algunos momentos que podrían destacarse de su desarrollo. Por ejemplo, la referencia a la refinada corte de Al-Mamun o a la construcción de la Catedral, con el efecto de dos grandes órganos saliendo de la superficie de agua empleada para figurar el río Tajo (por no mencionar la aparición de una de las tres carabelas de Colón, escena que está ya en boca de todos y que fue especialmente aplaudida por los asistentes).

Convincente estreno ante más de 4.000 espectadoresConvincente estreno ante más de 4.000 espectadores - Foto: Yolanda RedondoDestacaron también las referencias a la batalla de las Navas de Tolosa -apenas mencionada en 2012, cuando se cumplieron ocho siglos de este destacado hecho militar, que frenó la expansión musulmana en la Península Ibérica-, el Toledo del Siglo de Oro y la Guerra de la Independencia, una de las partes del espectáculo que despertaba mayor expectación debido al origen francés de los propietarios del parque. Finalmente, los momentos correspondientes a la ‘Francesada’ fueron recibidos con aplausos (y también con la natural envidia de quienes les reconocen saber enfrentarse a su pasado con naturalidad).

Dicho guión, bien trabado, admite pocos flecos, pero sí hay algunos que se podrían comentar, como la práctica ausencia de referencias al Toledo judío o la tácita referencia final a la Guerra Civil, que no recurrió a la manida representación del mito del Alcázar, pero tampoco evitó emplear la consideración de lucha fratricida sin tener en cuenta el desencadenamiento del conflicto como consecuencia de un golpe de estado.

Con respecto al escenario, este consistió en una yuxtaposición de espacios y edificios tales como el puente de San Martín, San Juan de los Reyes, la puerta de Alfonso VI, la vega y el río. Este actuaba como un personaje más mediante diferentes animaciones con la luz y con el agua, entre ellas la aparición de la carabela. Efectos de humo, fuego y diferentes ambientaciones, apoyadas en la cobertura musical, completaron el conjunto. Espléndidas locuciones, por cierto, entre otras la de Carlos del Pino, la voz de Tyrion Lannister en Juego de Tronos. John Boorman habría estado satisfecho. Ni siquiera el cielo, que amenazaba tormenta -y de qué manera- desde primera hora de la tarde puso problemas.

Al finalizar, lo que iba a ser un rápido y sencillo agradecimiento por parte de los directivos de Puy du Fou se convirtió en un speech de veinte minutos en el que participaron la alcaldesa, Milagros Tolón, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Una vez más, nuestros representantes institucionales abundaron en Puy du Fou como ‘historia viva’, entremezclando con la banalidad acostumbrada la idea de turismo con la investigación, divulgación y aprendizaje de nuestro pasado (sentirte maravillado por Excalibur no es lo mismo que recomendar la película como un manual de historia, ni tampoco pensar que el mito de Arturo no existía hasta que esta u otras películas sobre él se produjeron).

Los momentos previos al espectáculo tuvieron lugar sin novedad alguna, aunque los informadores habrían agradecido un poco más de colaboración por parte de algunas de las personas encargadas de la señalización y control de los espectadores. Al finalizar, estos fueron invitados a una pequeña degustación, con música en vivo, en ‘El Arrabal’, el conjunto de restauración anterior a las gradas. Habría sido deseable una mínima iluminación de la salida desde entonces hasta el aparcamiento, el cual quedó convertido en un pequeño caos para quienes abandonaron el parque nada más finalizar el espectáculo.

Asistieron a la representación de El sueño de Toledo la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; el presidente del Partido Popular, Pablo Casado; el diputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta, acompañado por el concejal Esteban Paños; el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, junto con los expresidentes José Bono y María Dolores de Cospedal, la cual acudió acompañada de su esposo, Ignacio López del Hierro, exgobernador civil de Toledo. Por parte del Ejecutivo autonómico fue posible destacar a varios consejeros, como los de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina, Economía, Patricia Franco, y Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez; también asistió el director del Gabinete de Presidencia, Javier Nicolás. Con los representantes del Partido Popular estuvo la expresidenta de la Comunidad de Madrid y exministra de Cultura Esperanza Aguirre.