El Gobierno iraní, con gran influencia en el Líbano por su apoyo al grupo chií Hizbulá, ha llamado a "la unidad y el entendimiento" en ese país tras la renuncia del primer ministro, Saad Hariri, debido a las protestas antigubernamentales.

"Esperamos que la nación y el Gobierno libanés superen con éxito una coyuntura tan grave y sensible mediante el entendimiento", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Abas Musaví, en un comunicado en las últimas horas.

El portavoz iraní hizo hincapié en la necesidad de "solidaridad y unidad entre todos los clanes, partidos y personalidades libaneses para mantener la estabilidad y la seguridad del país".

Esta unidad es también determinante, a juicio de la República Islámica, para "responder a las demandas legítimas del pueblo libanés en un ambiente tranquilo".

Hariri no pudo aguantar la presión de las protestas y presentó la renuncia de su Ejecutivo, que cuenta también con el apoyo de Hizbulá, al presidente del Líbano, Michel Aoun, quien todavía no la ha aceptado.

El primer ministro advirtió el martes de que el Líbano ha llegado a un "callejón sin salida", después de un día tenso en el que se produjeran enfrentamientos y algunos grupos destruyeron las tiendas de campañas instaladas por los manifestantes desde el comienzo del levantamiento, el 17 de octubre.

Las protestas arrancaron aquel día, después de que el Gobierno anunciara su intención de tasar las llamadas telefónicas a través de servicios de mensajería gratuita por internet.

Desde entonces, miles de personas han tomado las calles de Beirut y de otras ciudades del país exigiendo la marcha del Gobierno y respuestas contra la corrupción y la maltrecha situación económica.